A través de sus páginas, el escritor Guillermo Hermida ha construido un trayecto que supura vida a través de todos sus vértices. Este itinerario o viaje se erige gracias al discurso narrativo suave y límpido que compone la obra Reflexiones en el espejo. Después de haberse hecho con el premio Tiflos de novela en 2015, el autor gallego ha vuelto a superarse a sí mismo con este libro tan auténtico y lleno de humanidad.
Un narrador muy personal lleva a un tú a sus primeras experiencias de vida como si de un amigo íntimo se tratase. El lector vuelve a plantarse en su colegio, es otra vez adolescente y poco a poco va llegando a un estado de madurez adulta que le hace ver la realidad tal y cómo es.
«Sí. El lector es la piedra angular sobre la que gira el libro. Mi intención fue crear una atmósfera de complicidad y empatía. Se trata de convertir al libro en una conversación entre amigos».
En ese camino de desarrollo personal, son muchos los ejemplos, los personajes, las vivencias que el narrador comparte para invitar a la reflexión y volver a lugares que el lector ya creía olvidados. Pues, al fin y al cabo, todo lo que se deja en el pasado sigue con uno en el presente; la virtud está en saber caminar con ello. Que no pese, que no haga daño.
«Lo que les recomendaría es que para que las cosas cambien primero tienen que cambiar ellos y no se puede cambiar si no tenemos paz interior».
Guillermo Hermida encuentra las palabras exactas para el momento exacto y las hace suyas y de cada uno de los hombres al mismo tiempo. En un reflejo constante de lo que significa encontrar la paz interior, el autor escribe para recordar que, en parte, cada uno es lo que decide ser y, por tanto, hay que elegirlo bien.
Con una estructura cuidada y perfectamente planificada, Reflexiones en el espejo es un libro lleno de sabiduría emocional que no pretende convertirse en el clásico libro de autoayuda que promete cambiarle la vida a nadie. Sino que presenta la realidad poco a poco para que el lector sea capaz de armar su propio compendio de vivencias y ajustarlas a su realidad inmediata. El objetivo es encontrar la armonía interior que, a través de decisiones personales, permita a cada persona ser feliz consigo misma.
Acaba de empezar un nuevo año, trescientos sesenta y cinco días por delante para que cada uno pueda pensar en quién ha sido hasta ahora y en quiere ser de verdad. Es el momento en el que todo el mundo se plantea cómo puede ser mejor de lo que es, cómo puede crecer personalmente y cómo puede aprovechar su vida con sinceridad.
Este es el mejor instante para encontrarse con una obra como Reflexiones en el espejo. Un libro para regalar y para regalarse en un acto honesto de amor hacia el prójimo y hacia uno mismo.
«Tenemos solo una vida y se nos escapa entre los dedos como el agua. Cada segundo es irrecuperable».