Cada vez son más las personas en Candás que se quejan del trato recibido por una parte de los trabajadores del Centro de Salud; obviamente no podemos generalizar a la hora de señalar a todos ellos, pues hay trabajadores y trabajadoras con una gran empatía y que reciben con una sonrisa y buena cara a los pacientes, también hay muy buenos profesionales que merecen todo nuestro respeto y reconocimiento y luego como en cualquier otra profesión hay gente que se debería plantear si realmente está preparada y cualificada para realizar su trabajo. ¿Por qué digo esto? Por lo visto y vivido el miércoles 20 de julio en el Centro de Salud de Candás.
Se suele decir que cuando una persona ve una injusticia debe contarlo, ya seamos comunicadores o personas con otro tipo de profesiones, todos los ciudadanos debemos denunciar injusticias o tratos incorrectos. Nos lo dicen los diferentes Gobiernos en sus campañas de sensibilización, nos lo dicen los medios y lo dicen incluso en las aulas. “No calles ante una injusticia o serás cómplice de ella”
Episodio lamentable
En la tarde del miércoles, antes de 15 horas, llegaron al Centro de Salud de Candás un matrimonio de personas mayores, el hombre había sufrido una herida en un píe en la playa, y con el susto en el cuerpo cogieron un taxi y fueron al Centro de Salud. ¿Quieren saber cuál fue el recibimiento por parte de una trabajadora con bata blanca? “Aquí no se puede entrar sin mascarilla”, en un tono nada amable e incluso rozando lo desagradable.
¿En un centro de salud no hay mascarillas para dárselas a un paciente que ha tenido un accidente y viene a curarse? ¿Tan mal estamos? ¿O no tenemos ganas de ayudar a los demás?; por suerte siempre hay personas con más tacto; y uno de los trabajadores accedió a una sala y le dio una mascarilla al hombre herido. ¿Y a la mujer? La “trabajadora de la bata blanca” le dijo que fuera a por una, teniendo que dejar allí solo a su esposo. Estamos hablando de personas mayores.
¿Creen que la historia termina ahí?, pues no, la “trabajadora de la bata blanca” le hablaba fatal a la mujer del hombre herido, y a ese mismo hombre herido en el pie que no podía caminar bien le dijeron que fuera a la consulta de la enfermera. ¿Cómo lo ven?.
¿Quién creen ustedes que acompaño a esa persona herida en el pie, mayor y con el susto en el cuerpo a la sala de la enfermara de la planta superior?. Pues tuve que ser yo; e incluso los trabajadores mencionados me dieron en la mano el otro zapato del hombre.
¿Saben cuántos trabajadores había en ese momento ( cambio de turno ) en el Centro? Les puedo decir que al menos media docena. Y otro paciente tuvo que llevar del brazo a ese señor a la consulta de la enfermera. ¿Les parece normal?, pues ahora llega lo siguiente.
Tras dejar al señor con la enfermera la “trabajadora de la bata de blanco” ( no se su nombre por eso la llamó así ) andaba tranquilamente por la misma planta. Y yo cabreado por la situación y por ver como habían tratado a ese matrimonio mayor le dije: ¿No le da vergüenza que un paciente tenga que llevar a la sala de curas a una persona herida?; “Si quiere quéjese y denúncielo dónde quiera”, esa fue su respuesta, pues la mía fue decirlo al Servicio de Salud del Principado, y al Presidente del Principado, y ahora a ustedes. ¿Sencillo verdad?. Nadie me contesto ( de momento ),
Sanidad de calidad
Nada más llegar a casa estuve pensando en contarlo o en callarme, preferí tomarme un tiempo, pues luego viendo a otros profesionales del turno de la tarde pensé “no merecen ser etiquetados todos por la mala actitud de unos pocos”; esté tipo de personas son las mismas que hacen que luego la gente diga que todos los periodistas son un vendidos, que todos los políticos son ladrones y corruptos, o que en el Centro de Salud de Candás tratan mal a la gente, tanto cuando llamas, vas allí, o tienes una urgencia.
No es un caso puntual, son hechos que muchos vecinos padecen día a día, malos modos, malas caras, contestaciones sin educación. ¿No deberían los profesionales de la salud tratar con cariño y respeto a todos los pacientes? Un día malo lo podemos tener todos en nuestros trabajos, pero cuando los días malos se convierten en costumbre, esos profesionales de la salud deberían plantearse en qué lado de la mesa deberían estar.
Personalmente a mí la doctora y la enfermera que estaban de guardia me trataron de maravilla, y es justo decirlo y agradecer su trato, y otras veces que he ido otros trabajadores me han tratado bien; pero cuando algunas veces llamó al Centro de Salud parece que les estoy pidiendo mil euros… en vez de una consulta, una cita o una receta. ¿Por qué nos tratan así? ¿Nos merecemos eso?. Yo pensaba que solamente me pasaba a mí, pero no, ayer en la tarde me he dado cuenta de que le pasa a más gente, lo he hablado con gente, he leído las valoraciones del Centro de Salud en Google y leído otros comentarios en redes.
Creo que en Asturias tenemos muy buenos profesionales en la salud y entiendo la presión a la que muchos trabajadores están sometidos. Pero lo que no se puede aceptar es que traten mal a personas mayores, jóvenes o de cualquier edad; no se puede tolerar que cuando llames al Centro de Salud te respondan como si les estuvieras molestando, A un centro de salud no se llama para pedir comida a domicilio, se llama por una emergencia o por un problema, que unas veces es más grave y otras menos, pero si una parte de los trabajadores de un Centro de Salud o cualquier otra empresa tratan mal a los pacientes o clientes ¿Quién se lleva toda la mala fama? El Centro y también las personas amables, profesionales y educadas que trabajan allí.
Con estas letras lo único que deseo es que “la trabajadora de la bata blanca” y el resto de personas que toleraron ese trato y estaban más pendientes de salir a las 15 horas reflexionen, piensen, se pongan en el lugar del paciente y se hagan una pregunta: ¿Qué servicio de salud nos merecemos en Candás?
Nacho Bermúdez.