(dpa) – Últimamente, se habla de «tóxico» en relación con muchas cosas, también acerca de los ambientes de trabajo. Los expertos afirman que malas condiciones laborales pueden generar un clima envenenado o tóxico, lo cual puede tener consecuencias para la salud física y psíquica de las personas.
Pero, ¿cómo reconocer las estructuras tóxicas? Annina Hering, doctora en Ciencias Sociales y experta en mercado laboral del portal de empleo Indeed, aconseja a los trabajadores que presten atención a ciertas señales de alarma. Una de ellas es la sobrecarga crónica en el equipo de trabajo debido a que el empleador hace sistemáticamente planes con muy pocos trabajadores.
Otra señal es una presión emocional alta debido a amenazas abiertas y sanciones, así como a jerarquías y controles muy marcados. Otras cosas que suelen estar ausentes en los ambientes de trabajo tóxicos son la valoración y la sensación de seguridad.
Emprender acciones y encontrar aliados
¿Qué hacer cuando todo esto suena demasiado familiar? «Si llevo a casa muy seguido la insatisfacción que siento en el trabajo, es hora de hacer algo», señala Hering.
En su opinión, es importante identificar la «fuente tóxica» y evaluar si se trata de un problema estructural o del comportamiento de un individuo en particular. Hering aconseja por eso buscar aliados y tratar de impulsar cambios juntos.
«Al mismo tiempo, uno debería ser asimismo realista», dice la economista. Según explica, es más fácil hacer algo contra el comportamiento problemático de una sola persona que cambiar estructuras tóxicas. Y añade que no todos tienen la «fuerza interior y de resistencia necesarias para luchar contra los cambios estructurales». Según explica, a veces no queda más alternativa que cambiar de trabajo.