Los problemas de salud asociados a la obesidad son bien conocidos. Sin embargo, estar delgado no es sinónimo de estar sano. De hecho, en la última década se ha caracterizado la existencia de individuos ‘falsos delgados’. Se trata de personas que tienen un peso normal de acorde a su estatura, pero que presentan características relacionadas con la obesidad, como deposición de grasa visceral, y un mayor riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular.
Este síndrome, conocido en la literatura científica como obesidad normopeso, va asociado a la ingesta de dietas desequilibradas, ricas en grasas o con exceso de azúcares sencillos y a un descenso en la actividad física, y constituye un serio problema de salud pública.
Se estima que hasta un 20% de la población mundial podría encontrarse en situación de riesgo metabólico, pero estos individuos no serían diagnosticados debido a la ausencia de signos evidentes de sobrepeso u obesidad, y en algunos casos podrían incluso no presentar alteración de marcadores sanguíneos.
Por ello, para los expertos es importante encontrar nuevos biomarcadores que permitan identificar de manera temprana el riesgo de desarrollar un fenotipo ‘falso delgado’ para poder poner en marcha estrategias de prevención adecuadas.
El grupo de investigación en Nutrigenómica y Obesidad de la Universidad de las Illes Balears, liderado por Andreu Palou, junto con Paula Oliver, lleva años caracterizando este fenotipo y buscando biomarcadores tempranos de riesgo metabólico.
Estos estudios se han llevado a cabo como parte de las líneas de investigación del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) al que pertenece el grupo, y están incluidos en la tesis doctoral de Rubén Díaz-Rúa.
Qué define a un ‘falso delgado’
Los investigadores han demostrado que este fenotipo va asociado a una deposición anómala de grasa en el hígado, aun en ausencia de obesidad, y sin incremento de los niveles en sangre de marcadores clásicos como el colesterol y los triglicéridos que puedan servir como señal de alarma.
Esta situación es preocupante, pues el hígado graso está reconocido como uno de los principales desencadenantes de enfermedades metabólicas y hepáticas.
De hecho, el grupo de Palou ha demostrado por primera vez que la ingesta de una dieta desequilibrada rica en grasas incrementa la expresión de una proteína, la KRT23, en el hígado de los animales con fenotipo falso delgado. Esta proteína ha sido descrita como marcador de enfermedad hepática en humanos (esteatohepatitis y progresión a hepatocarcinoma).
Las investigaciones realizadas en la UIB también han permitido identificar la utilidad del análisis de expresión génica en una fracción de células de la sangre de fácil obtención, las células mononucleares de sangre periférica (PBMC), para monitorizar las desviaciones de salud que se producen en los animales con fenotipo falso delgado.
A raíz de este trabajo, en un artículo publicado recientemente en Food and Nutrition Research, el grupo propone el análisis de la expresión del gen CPT1A, cuyo aumento en células sanguíneas es predictivo del futuro desarrollo de alteraciones tales como la resistencia a la insulina y, particularmente, deposición de grasa en el hígado.
Los estudios se han realizado utilizando roedores, ya que permiten realizar diseños experimentales que de otra forma no serían posibles. El siguiente paso es el de testar la utilidad de estos biomarcadores directamente en humanos para poder de esta manera contribuir a los diagnósticos preventivos, mejorar así la salud de la población y reducir futuros gastos sanitarios
SINC