(dpa) – Muchos padres prefieren bajar la fiebre de sus hijos con jarabes antitérmicos porque tienen dos ventajas: por un lado, se pueden dosificar exactamente y, por otro, son especialmente adecuados para los niños muy pequeños que aún no pueden tragar comprimidos.
Los pediatras destacan, sin embargo, que no siempre es necesario suministrar un medicamento antifebril. «Si el niño está bien, no es imprescindible», explica Jakob Maske, portavoz de la Asociación Alemana de Pediatría y Adolescencia (BVKJ).
Maske destaca que en principio no es malo que uno niño tenga fiebre, ya que se trata de una reacción normal de defensa del organismo ante una infección. Sin embargo, si el estado general del niño empeora, los medicamentos antifebriles con los principios activos paracetamol e ibuprofeno pueden aliviarlo.
Si no se tiene a mano el jarabe con el principio activo deseado, se lo puede reemplazar con un supositorio o un comprimido.
Al igual que con el jarabe, también en este caso se recomienda no suministrar al niño más sustancia activa de la recomendada en función de su peso corporal.
«Una sobredosis daña el hígado, y eso es mucho peor que la fiebre del niño», advierte Maske.
Pero, ¿qué pasa si el bebé necesita un supositorio con 75 miligramos de paracetamol y los padres tienen en el botiquín únicamente supositorios con 125 miligramos del hermano mayor?
Maske destaca que no hay que cortar el supositorio en partes más pequeñas, ya que el ingrediente activo puede no estar siempre distribuido uniformemente en la cápsula.
En el caso de los comprimidos, el pediatra señala que se pueden dividir si la mitad de la tableta corresponde a la dosis que necesita el niño enfermo.
Los supositorios son normalmente rechazados por la mayoría de los niños y también los comprimidos generan fuertes protestas por parte de los pequeños.
Para aliviar el trabajo de los padres, Maske revela algunos trucos: los comprimidos pueden darse enteros en una cuchara con un poco de yogur o líquido, como así también triturados en el cuenco de yogur o en un vaso con alguna bebida.
Sin embargo, se debe prestar mucha atención a una cosa: «El niño debe beber o comer todo para ingerir la dosis necesaria del medicamento», precisa Maske.
Pero los supositorios y los comprimidos no son la única alternativa si no se dispone del jarabe antitérmico. Algunas farmacias también preparan jarabes antifebriles con ibuprofeno o paracetamol.
Ante escasez de suministros farmacológicos, algunos países en Europa, por ejemplo, autorizan a las farmacias a preparar jarabes antitérmicos propios. Sin embargo, no es tan sencillo y no todas las farmacias pueden hacerlo.
Por otra parte, hay diferencia entre los jarabes que se obtienen en farmacia y las marcas ya conocidas por los niños. «La industria da gran importancia al sabor de los jarabes y, en comparación, el antitérmico propio de la farmacia por supuesto no tiene tan buen sabor», comenta Maske.
Por lo tanto, también en este caso, al igual que con los supositorios o los comprimidos, los padres deben estar preparados para persuadir un poco más a sus hijos.
Por Ricarda Dieckmann (dpa)