(dpa) – Las llamas rodean la hamburguesa y se oye la grasa freir. Ópticamente nada distingue a esta publicidad de hamburguesa de las que hacen las grandes cadenas de comida rápida. Pero el texto en pantalla revela: esta hamburguesa está hecha completamente de plantas.
«Beyond Meat» (en castellano: más allá de la carne) se llama la empresa estadounidense que con sus hamburguesas veganas está conquistando el mercado. Pero, ¿son sanos estos productos sustitutivos de la carne?
La opinión del nutricionista alemán Matthias Riedl al respecto es clara: «No hay que pensar que así se está consumiendo un alimento sano. Es una no-carne que no contiene vitamina en forma considerable ni tampoco sustancias vegetales secundarias de las que se compone la verdura sana».
Lo que sí contiene este sustituto de la carne, por ejemplo, son saborizantes, conservantes, colorantes y aromatizantes artificiales. Y eso, según Riedl, en cantidad y a la larga, no es bueno para el ser humano.
Claro que hay productos mejores y peores. «Cuando la lista de ingredientes es tan larga como en Beyond Meat, hay que estar atentos», dice Riedl. «Pero también hay fabricantes que usan menos aditivos». Por lo tanto, su recomendación es leer bien la lista de ingredientes.
En principio, el fabricante estadounidense no emitió ningún comunicado respecto de las críticas a la calidad de su producto.
En los hechos, se encuentran cada vez más imitaciones de carne o salchichas con una base vegetal en los supermercados. Pero que sean veganos o vegetarianos no significa automáticamente que sean sanos.
Entre los productos sustitutivos hay algunos «ultraprocesados, en parte, con alto contenido de azúcar, sal o grasa», explica Antje Gahl de la Asociación Alemana de Nutrición (DGE).
Pero en realidad los productos sustitutivos no tienen por qué ser peores que sus originales de carne. «Depende de cada producto», afirma Gahl.
Para Riedl, la respuesta al consumo excesivo de carne no puede ser una recombinación de alimentos en forma de imitaciones de la carne. «La respuesta es que comamos cada vez más alimentos naturales». Y es que no es la proteína aislada de una arveja (un guisante) la que es sana sino la arveja en su conjunto.
En los ultraprocesados, estas sustancias aisladas se mezclan con colorante, algo de azúcar y aromatizantes. Riedl aconseja no comer más de una o máximo dos veces por semana este tipo de producto. Son tan poco apropiados para su consumo diario como la misma carne, añade.
Además, señala, existen productos sustitutivos sin procesamiento industrial: El tofu, los copos de avena, las lentejas, el seitán, la harina de espelta o escanda y los porotos (las judías). Todos estos alimentos ricos en proteína figuran entre las diez mejores alternativas veganas a la carne que publicó la asociación ProVeg.
Los alimentos de origen vegetal, sin embargo, se diferencian de la carne en su composición de aminoácidos y su biodisponibilidad, según aclara la DGE. Aunque hay maneras de equilibrar eso. Por ejemplo, combinando cereales con legumbres para garantizar una absorción de proteínas de alto valor, recomienda Gahl. «También un guiso de arvejas con pan o papas con huevo se acercan a la proteína de origen animal».
Quien renuncie completamente a la carne, sin embargo, debería consumir al menos pescado, huevos o productos lácteos, recomienda Riedl. «Necesitamos productos de origen animal por la vitamina B12, sin la cual no podríamos vivir bien». Y si alguien es vegano, debería ingerir vitamina B12 de forma artificial, señala. Lo que está claro es que las hamburguesas veganas no ofrecen esta vitamina.
Por Marek Majewsky y Tom Nebe (dpa)