Múnich, 27 mar (dpa) – Representantes de unas 30 organizaciones protestaron hoy con un melón gigante delante de la Oficina Europea de Patentes (OEP) en Múnich en contra de la concesión de patentes para plantas y animales de cultivo y cría convencionales.
La OEP concedió patentes sobre melones, tomates, cebollas, lechuga, perejil y hasta margaritas silvestres, criticaron los manifestantes y reclamaron que se prohiba el patentamiento de plantas y animales que se cultivan y crían convencionalmente.
«Quiten las manos de nuestras semillas» y «La naturaleza no se puede patentar», podía leerse en las pancartas que llevaban.
La protesta se realizó en ocasión de la sesión del consejo de administración de la Organización Europea de Patentes, órgano que supervisa a la Oficina Europea de Patentes. Los 38 miembros de la Organización se reúnen hoy y mañana.
La Cámara de Recursos de la OEP decidió en diciembre sorpresivamente que plantas de cultivo y animales de cría sí deberían poder ser patentados, contradiciendo así los discursos políticos y una decisión del consejo de administración del año 2017. En ese entonces se decidió que las plantas cultivadas con procedimientos convencionales como cruce o selección no podían ser patentadas.
Los manifestantes no sólo criticaron el accionar de la OEP, sino también problemas esctructurales. «La OEP está armada de tal manera que sirve a los intereses de la industria y a los abogados de patentes», dijo Richard Mergner, presidente de la federación regional de la organización ambientalista BUND.
«Es como un estado dentro del estado. La OEP se opone a resoluciones de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo en beneficio de los grupos económicos», añadió. Por eso, deben intervenir las autoridades políticas, reclamó.
«No puede ser que una instancia administrativa viole la voluntad política de 38 Estados que en 2017 se pronunciaron claramente a favor de una prohibición de las patentes», sostuvo, a su vez, el experto en agricultura de Los Verdes en el Parlamento alemán Harald Ebner.
El Gobierno alemán no puede permanecer pasivo, dijo. El patentamiento y, con él, la privatización de los recursos genéticos pone en peligro la alimentación mundial, aseguró.
Foto: Peter Kneffel/dpa