(dpa) – Buenas noticias para las novias que quieren lucir a puro glamour en el gran día: ¡los «vestidos de princesa» están de regreso! Y han vuelto con mucho tul, asegura la editora Susan Lippe-Bernard, de una revista especializada en trajes de bodas.
Las colecciones para 2023 apuestan por una concreción elegante del estilo bohemio que se vio en los últimos años en la moda para novias con encajes y puntillas. Lippe-Bernard llama este estilo «boho-glam».
Faldas voluminosas y encajes delicados
El «boho-glam» consiste principalmente en un diseño que lleva un corsé y una falda voluminosa armada, conocido también como vestido corte princesa o duquesa. Otra característica es el tul, que predomina donde quiera que uno lleve la mirada. Las faldas son amplias, delicadas, de tul o con tul con brillo, y las colas se usan en tul bordado y van acompañadas de detalles bordados. Estos diseños son algo distintos al look boho original: no recurren tanto a la puntilla y lucen motivos delicados y afiligranados.
También luce muy elegante un matiz que es tendencia en la próxima temporada: el champagne. Se trata de un blanco con cierto brillo, algo rebajado, con una nota dorada, combinado con un accesorio opulento que se ve en todas las pasarelas: el velo, si bien en una versión algo diferente a la que se solía usar.
«Hace cinco años se veían muchos velos que llegaban hasta los codos», describe Kerrin Wiesener, quien trabaja como wedding planner. Ahora suelen elegirse los velos largos. «Ya que llevaré velo, que sea llamativo», piensan muchas novias, y eligen velos que pasen la cola, conocidos como velos catedral.
Susan Lippe-Bernard recomienda elegir un velo que retome los elementos de encaje del vestido: «Por supuesto, queda muy bien si es el mismo encaje que lucen las mangas». Muchos diseñadores y modistas ofrecen este tipo de creaciones.
Las mangas puff estilizan
Otro gran atractivo visual de las colecciones de los diseñadores son los corsés con «mangas de Bella Durmiente», al menos ese es el nombre que les da Lippe-Bernard a las mangas abultadas. La clave está en que los hombros queden al descubierto. Las llamativas creaciones comienzan a mitad de la parte superior del brazo, de modo de realzar la clavícula que queda al descubierto.
La revista «Vogue» asegura que esta tendencia en la moda nupcial es «la combinación más bella» para todas las personas que se encandilan con los vestidos sin hombros pero que piensan que son demasiado generosos en cuanto a lo que dejan librado a la vista de los demás.
Kerrin Wiesener recomienda «intentar levantar los brazos» al probar el vestido, «porque es un movimiento que uno hace reiteradamente durante una boda, sea para dar abrazos o al bailar».
Si alguien se pregunta cómo será posible bailar o tener cierta libertad de movimiento en las piernas con tanto tul, falda y velo, no tiene qué temer. «Actualmente se ven muchos vestidos con elementos desmontables», apunta Wiesener. «Mangas desmontables, velos desmontables, cubrefaldas desmontables, colas desmontables. Son prácticamente dos looks en uno.» O como dice Susan Lippe-Bernard: «De día, la novia es princesa» y de noche, «la reina de la fiesta».
Dos piezas: un atuendo no solo para el gran día
Las capas son un elemento central de los modelos de look doble: pueden lucirse en el momento de la ceremonia y luego retirarse cuando comienzan la fiesta y el baile, dejando al descubierto la espalda, por ejemplo. «El mix and match es un gran tema en la moda para bodas», dice Lippe-Bernard.
Una gran alternativa al vestido de novia sería un atuendo de dos piezas como un pantalón de traje con un blazer, acompañado de un top corto, que llegue hasta debajo de la línea de las costillas y deje el abdomen sin cubrir. O una combinación de corsé y falda de tul.
En el caso de las faldas, se usan modelos que superponen diversos materiales, comenta Lippe-Bernard. «Es decir, una capa de tul, otra de encaje y otra más de tul», por ejemplo, «de manera de generar un volumen increíble pero con una liviandad inesperada».
Los atuendos de varias piezas tienen una gran ventaja en comparación con los vestidos: pueden transformarse. Las faldas voluminosas para la ceremonia pueden convertirse, por ejemplo, en una mini simple para la fiesta y brindar de un modo inigualable toda la libertad de movimiento deseada. Además, a no olvidar: un top sencillo puede lucirse en muchísimas ocasiones después de la boda.
Al fin de cuentas, la tendencia de mix and match es el modo de plasmar una tendencia más duradera en la moda nupcial: la de lucir la propia individualidad. La gama de la moda para bodas ha crecido notablemente, y hoy en día cada novia puede combinar y armar su atuendo a gusto, señala Lippe-Bernard. «El deseo de todas las novias es tener para ese día un vestido especial, que les quede a la perfección y que tenga un toque personal».
Por Jessica Kliem (dpa)