Düsseldorf, 13 jul (dpa) – No tenemos problemas en dejar la construcción de aparatos de vital importancia en manos de robots, pero darles nuestro coche para que lo aparquen es toda una cuestión de confianza: el robot Ray, el primer robot aparca-coches del mundo, en funciones en el aeropuerto de Düsseldorf, tiene problemas de aceptación.
«El robot aparca-coches ha tenido picos de utilización de hasta un 60 por ciento, pero normalmente su ocupación ronda el 30 o el 40 por ciento», informa un portavoz del aeropuerto. «(La gente) tiene sus reservas al momento de confiarle el propio coche a un robot», agrega.
Sin embargo, el portavoz señala que de todos modos los resultados son positivos y que Ray entretanto se ha hecho de una buena clientela fija.
El robot aparca desde hace dos años los automóviles previamente colocados en una estación o plataforma de entrega en el aeropuerto y los devuelve si el conductor así lo desea.
De esta manera se ahorra espacio de aparcamiento, y los automovilistas se ahorran la odiosa búsqueda de un espacio libre para su coche. Gracias a la conexión con el banco de datos de vuelos es posible devolver el vehículo en el momento que el pasajero regresa.
Ray, tras haber medido y fotografiado el coche, levanta ligeramente el vehículo en forma similar a una carretilla elevadora, es decir, eleva las ruedas unos centímetros, y lo aparca.
Con este sistema, y a diferencia de los sistemas de parking automatizado, también es posible equipar posteriormente garajes de aparcamiento convencionales con el robot Ray.
«No sabemos de ningún daño en ningún vehículo», afirma Rupert Koch, gerente de la empresa Serva Transport Systems, desarrolladora del sistema Ray. «Los usuarios se han mostrado absolutamente entusiasmados en nuestras encuestas», agrega. El riesgo de que un coche se dañe es mucho mayor en un parking convencional, asegura el directivo y añade que todo daño sería asumido por Ray.
El robot aparca-coches ya causó sensación a nivel internacional. El aeropuerto indica que han llegado solicitudes de información de los Estados Unidos, Japón, Taiwan, los países escandinavos y Gran Bretaña y que algunos han venido desde lejos para ver el sistema funcionando.
El robot funciona, aseguran, sin mayores problemas. Actualmente están analizando cómo se puede lograr que Ray trabaje más eficiente y velozmente.
Con la experiencia de Düsseldorf se logró desarrollar una segunda generación de plataformas de entrega y robots que se está ya utilizando en la planta de Audi en Ingolstadt.
Prevén introducir Ray 2.0 -con robots más veloces- este otoño (boreal) también en Düsseldorf, para lo que será necesario poner provisoriamente fuera de servicio el sistema actual.
La canciller alemana, Angela Merkel, pudo observar ya en abril de 2014 un prototipo del robot en la Feria Internacional de Hannover.