(dpa) – Los neumáticos son uno de los componentes más importantes de una bicicleta, porque hacen contacto con el suelo y determinan la comodidad, la seguridad y la eficiencia de la conducción. A continuación, todo lo que es necesario saber sobre la elección de un determinado modelo y su cuidado.
Frecuentemente los neumáticos son objeto de descuido, hasta que se agrietan. Sin embargo, los ciclistas deberían prestarles la máxima atención, ya que son la única parte de la bicicleta que proporciona adherencia al suelo.
Y, dependiendo del escenario de uso, el neumático de la bicicleta puede incluso sustituir a la suspensión total. «En una superficie bastante más pequeña que una postal, transmite la fuerza de frenado y la energía de aceleración, así como innumerables y diminutos impulsos de dirección en cada trayecto», explica Thomas Geisler, de la organización Pressedienst-Fahrrad (pd-f), en la ciudad alemana de Gotinga.
Los tipos de neumáticos
Los más comunes, según la Asociación Alemana de Ciclistas, ADFC, son las cubiertas, también denominadas «clinchers». Un hilo metálico sostiene la carcasa -el tejido básico- en una llanta en forma de U, explica Geisler. Este tejido base lleva la capa de caucho en la superficie de rodaje y los flancos del neumático.
Entre la goma y el tejido suele haber un cinturón de protección antipinchaduras de Kevlar (poliparafenileno tereftalamida) o de caucho especial. «Pero incluso estos neumáticos no son tan ‘impinchables’ como prometen algunos anuncios», alerta la Fundación Warentest en su página web.
Las cámaras de aire suelen estar hechas de un caucho sintético (butilo). Mantienen mejor el aire que las de caucho natural (látex). En tanto, las cámaras de aire de látex son más ligeras y presentan menos resistencia a la rodadura.
Aunque los neumáticos comunes tienen una cámara de aire, también existen los neumáticos sin cámara. Para mantener la hermeticidad, estos neumáticos necesitan llantas especiales con un fondo de hermético.
Esto es más caro, a la vez que su montaje también resulta más difícil. A través de la válvula, debe llenarse con un sellador especial, que obtura enseguida las pequeñas grietas o agujeros.
Los neumáticos de las bicicletas tienen muchas anchuras: los ciclistas de carreras circulan a veces con neumáticos de solo 20 milímetros, aunque la tendencia en el ciclismo también es hacia neumáticos más anchos.
Según Roland Huhn, de la ADFC, los anchos de algunas bicicletas deportivas tipo gravel o de las cómodas bicicletas de uso diario pueden superar los 60 milímetros. Los neumáticos Extreme de Fatbikes son el doble de anchos, para una tracción óptima en terrenos movedizos como la arena.
La presión de los neumáticos
La presión mínima y máxima permitida de los neumáticos está indicada en los flancos de los neumáticos de las bicicletas a modo de guía, en las unidades bar y PSI. Según el Automóvil Club de Alemania (ADAC), puede escaparse hasta 1 bar de aire al mes.
«Quien conduzca con menos de la presión mínima, dañará el neumático, la cámara de aire y la llanta y puede sufrir una fuerte caída», advierte ADAC.
El inflado regular ayuda a evitar el desgaste de los neumáticos. Por otro lado, si la presión es permanentemente demasiado alta, el neumático puede reventar.
Por lo tanto, no hay que esperar a la revisión de primavera para ver si el neumático sigue estando lo suficientemente tenso. También conviene revisar la cubierta con regularidad, en busca de pequeñas intrusiones en la banda de rodadura.
Para medir la presión, es adecuada una bomba de pie con un manómetro, o sea con indicador de presión. Cuanto más fino sea el neumático, más elevada debe ser la presión de aire: los ciclistas de carretera que circulan por caminos llanos y asfalto lo hacen con hasta ocho bares. En caminos forestales, de campo o de grava, tiene sentido que haya menos aire en el neumático.
El perfil del neumático
La composición de la goma del neumático también desempeña un papel importante en la adherencia, la resistencia a la rodadura y el agarre. A grandes rasgos, los expertos distinguen entre neumáticos de carretera y neumáticos todoterreno.
Una forma extrema son los neumáticos sin perfil, denominados slicks. Ofrecen una buena adherencia y una baja resistencia a la rodadura en superficies firmes y lisas. Lo contrario son los neumáticos de bicicleta de montaña con tacos gruesos, que proporcionan un buen agarre en terrenos blandos y en las curvas.
Un ejemplo de neumáticos mixtos son bicicletas tipo gravel. Las bicicletas de carretera para terrenos difíciles deben ser rápidas, pero también ofrecer agarre en la grava.
Las bandas de rodadura están equipadas con escamas de baja fricción o con una estructura laminada. La banda de rodadura en los bordes exteriores proporciona una tracción adicional.
Según la ADFC, los neumáticos con una banda de rodadura más bien lisa combinada con tacos laterales también son más adecuados para las bicicletas de viaje.
Neumáticos en invierno
Quien guarde su bicicleta en invierno puede evitar que se dañe. Lo ideal es colgar la bicicleta. Esto protege los flancos de los neumáticos. En caso que la bicicleta esté parada, los neumáticos deberían tener suficiente aire.
Los neumáticos de bicicleta con tacos deberían evitar el deslizamiento sobre el hielo y sobre una capa firme de nieve. «Esto funciona mejor con una presión de aire mínima, ya que la mayoría de los tacos tienen contacto así con el suelo al mismo tiempo», dice Geisler.
En caso de duda, esto acorta algunas distancias de frenado. Y, en los neumáticos sin clavijas, la reducción de la presión de aire mejora el agarre.
Asimismo existen revestimientos de neumáticos. Una empresa noruega ha patentado estos skins: la segunda piel exterior está unida al neumático base con una cremallera. También están disponibles para el invierno.
Pero los neumáticos para todo el año constituyen otra alternativa, y gracias a la banda de rodadura y a un compuesto de caucho más blando, prometen más agarre a temperaturas bajo cero.
Frecuentemente también tienen una mejor protección contra los pinchazos, «un factor que no debe subestimarse para evitar un pinchadura, especialmente en los carriles para bicicletas y carreteras cubiertos de gravilla», explica Geisler.
Por Stefan Weissenborn (dpa)