Fráncfort, 10 dic (dpa) – El técnico del Bayern Múnich, Thomas Tuchel, se puso a su equipo y a sí mismo la peor nota posible a la hora de calificar su actuación en la clara derrota del sábado por 5-1 contra el Eintracht Frankfurt.
«El rendimiento de todo el equipo fue insuficiente y me cuento entre ellos», declaró Tuchel tras la derrota como equipo visitante, caracterizada por graves fallos propios.
Aunque el entrenador habló en un tono tranquilo y con la máxima objetividad tras la mayor derrota en su etapa en Múnich, su enorme frustración por el inesperado tropiezo en plena carrera por el título de la Bundesliga era evidente.
Y es que la derrota supone una mayor presión antes del parón navideño, dentro de dos jornadas, en su pugna con un Bayer Leverkusen que hoy mismo podría aventajarle en seis puntos si logra vencer al Stuttgart.
«El calendario determina nuestras reacciones, en cualquier caso. Bajo ningún concepto podemos seguir jugando a este nivel», declaró Tuchel.
La búsqueda de motivos para justificar la derrota se hizo evidente en Fráncfort. Entre ellos, se citó la pausa que tuvo que hacer el equipo tras ver suspendido su anterior encuentro liguero por causas metereológicas y su no participación en la Copa Alemana, en la que se encuentra eliminado desde segunda ronda.
«Sin duda es una razón, aunque no pueda utilizarse como excusa. Pero es muy raro que estemos diez días sin jugar. Normalmente jugamos cada tres días», argumentó el internacional Leon Goretzka en la cadena pública ZDF.
El ritmo del equipo en torno a su máximo goleador, Harry Kane, gris esta vez, pareció verse interrumpido. Además, el Bayern y jugadores como Joshua Kimmich cometieron una absurda serie de errores individuales.
Fruto de esta actuación tan displicente fueron los goles logrados por Omar Marmoush, Eric Junior Dina Ebimbe (por partida doble), Hugo Larsson y Ansgar Knauff.
El Bayern solo había perdido con una diferencia de cuatro goles en la Bundesliga tres veces desde principios del 2000. En dos ocasiones, Jürgen Klinsmann en 2009 y Niko Kovac en 2019, el entonces técnico responsable fue destituido poco después.
Sin embargo, parece que esta vez dicha amenaza no pesa sobre Tuchel, aunque sin duda el estrepitoso fracaso en Fráncfort al menos ha aumentado la importancia del cierre de fin de año contra el Stuttgart y el Wolfsburgo.
«Tengo confianza en mi equipo, aunque este sea un amargo revés para nosotros. No tiene sentido que ahora nos machaquemos y reneguemos de todo. Estamos todos en el mismo barco. Necesitamos exactamente las mismas virtudes que no acabamos de aportar sobre el terreno de juego», explicó Tuchel, de 50 años.
Por Patrick Reichardt y Andreas Schirmer (dpa)