Berlín, 9 jun (dpa) – La contaminación del aire urbano con dióxido de nitrógeno, nocivo para la salud, disminuyó considerablemente en Alemania durante el año pasado, informaron hoy la Oficina Federal de Medio Ambiente (UBA) y el Ministerio alemán de Medio Ambiente.
Según las autoridades medioambientales, solo 25 ciudades alemanas superaron el límite fijado por la Unión Europea como media anual para 2019.
Esto significa que la cifra se ha reducido en más de un 50 por ciento, ya que en 2018 había 57 ciudades que excedían este límite. Si bien esta tendencia ya era evidente, ahora se dispone de la evaluación final de los datos de los estados federados.
El dióxido de nitrógeno (NO2) es el motivo de que en algunas ciudades se prohíba conducir vehículos diésel.
Según la Oficina Federal de Medio Ambiente, la media anual de NO2 en las ciudades más concurridas está causada principalmente por las emisiones de los motores diésel y no debe superar los 40 microgramos por metro cúbico de aire. Este valor se aplica desde 2010.
La ministra alemana de Medio Ambiente, Svenja Schulze, acogió con agrado los resultados. «Esto demuestra que la política ambiental funciona», declaró.
No obstante, Schulze cree que las medidas adoptadas hasta ahora no fueron suficientes para cumplir realmente con el valor límite en todas partes. «La solución está en vehículos más ecológicos y un cambio fundamental en la movilidad», señaló.
El valor límite solo se superó en carreteras con mucho tráfico en las aglomeraciones urbanas y las ciudades. A finales de mayo, Múnich, Darmstadt, Stuttgart, Limburgo y Fráncfort eran los puntos donde se registró una mayor polución. Aunque los valores también fueron más bajos.
En opinión de los expertos de la UBA, esta mejora se debe a los límites de velocidad, las prohibiciones de conducir vehículos diésel en determinadas zonas o los autobuses más ecológicos, pero también a las actualizaciones de software para el control de las emisiones de los vehículos diésel, la renovación de la flota de vehículos, así como el clima, ya que este también influye en la propagación de los contaminantes atmosféricos.
La crisis originada por el coronavirus se refleja en los valores para 2020. En algunos lugares, la contaminación por NO2 ha disminuido aún más hasta un 40 por ciento.