(dpa) – Musa Hasahya tiene 12 esposas y se lo considera padre de más de 100 hijos. Pero ahora llegó el momento de poner punto final a la expansión familiar, porque este hombre de Uganda ya no puede alimentar a su más que numerosa parentela. Sus esposas actualmente toman la píldora anticonceptiva, una decisión aún controvertida en muchas partes de África.
En su granja hay mucho espacio. El antiguo ganadero, de solo 67 años, efectivamente lo necesita, ya que, además de ser considerado padre de 102 hijos, cuenta 578 nietos.
A Hasahya le agrada presentar su familia a los visitantes. Aún tiene diez esposas y alrededor de un tercio de sus hijos vive con él. Su hijo más joven tiene seis años y el mayor, de 51, tiene cerca de 20 años más que su mujer de menor edad.
La historia de Hasahya suena extravagante, pero él atraviesa en realidad graves problemas: hace ya años que no puede alimentar a su familia. Sus hijos visten harapos, y algunos de ellos además están enfermos. Hasahya no puede permitirse pagar el médico ni los gastos de escolaridad.
El camino hacia la granja de Musa Hasahya conduce por una carretera polvorienta y llena de baches a través de tierras bajas hasta el pueblo de Lusaka. Se encuentra en una remota región arrocera, 130 kilómetros al sur de Kampala, la capital ugandesa.
Tenía una explotación ganadera productiva y gozaba de una situación acomodada. «Me casé con una mujer tras otra», cuenta Hasahya. Entre tanto, sin embargo, su fortuna se convirtió en cosa del pasado.
«Mi ingreso se fue reduciendo por los costos de vida en aumento a través de los años, mientras que mi familia se hacía cada vez más grande», relata Hasahya.
Este ugandés ya no puede trabajar, según cuenta, porque sufre de diabetes y presión alta. Dos mujeres ya se separaron de él, porque no toleraban más la pobreza.
Hasahya es solo un ejemplo extremo de la realidad del continente africano, donde la población explotará demográficamente más que en cualquier otro lugar de la Tierra durante los próximos años.
Los diez países con la mayor tasa de fertilidad están en su totalidad en África. En la cima de este listado se encuentra Níger, en África Occidental, donde la tasa de nacimientos retrocedió durante los últimos diez años de 7,5 niños por mujer a 6,7.
En comparación: en Alemania, por ejemplo, esta tasa se ubica, de acuerdo con estadísticas oficiales, en 1,58 niños por mujer. Tanzania, en tanto, reportó hace poco un nuevo récord de población. Durante los últimos diez años, el número de habitantes se incrementó en diez millones.
Según las cifras del Instituto Berlín para Población y Desarrollo, el número de habitantes de África podría duplicarse hasta 2050 a 2.500 millones de personas. Pese a que la tasa de nacimientos en promedio se reduce en África, sigue siendo por lejos la más elevada en comparación con otras regiones del globo.
Por eso existen múltiples iniciativas en el continente para restringir el crecimiento. Porque los ya escasos recursos alimentarios de África se ven sometidos a una mayor presión con el aumento poblacional.
También a nivel global el crecimiento muestra su impacto: África se ve actualmente afectada de manera muy fuerte por las consecuencias del cambio climático. En la región del este de África, sus habitantes sufren la más grave sequía desde hace 40 años. Por lo que la migración desde África hacia Europa podría continuar aumentando hasta 2050.
Según cifras del Banco Mundial, cada mujer tiene en promedio 4,7 hijos en Uganda y la población se duplica cada 20 años. Los expertos aguardan que el país alcance la barrera de los 100 millones de habitantes hasta 2050. Actualmente cuenta con aproximadamente 47 millones.
Entretanto, no se perfila un final para esta tendencia. Uganda es un país conservador, y tener muchos hijos es una señal de bienestar.
Sobre todo en el este del país, la poligamia continúa estando ampliamente difundida y los anticonceptivos son mal vistos en muchos lugares.
Jackson Chekweko, secretario general de la ONG Reproductive Health Uganda, explica que desde hace décadas existen en el país iniciativas para proyectos de planificación familiar, pero estos frecuentemente son bloqueados desde el ámbito de la política y sectores de la sociedad.
Reproductive Health Uganda se esfuerza por informar y brindar educación sexual. «Aquí el debate está impregnado por el tradicionalismo y las cuestiones de enseñanza moral. Muchas organizaciones religiosas se oponen a que los jóvenes reciban información esclarecedora y el Parlamento calla», dice Chekweko.
También en la familia de Hasahya el quiebre en la manera de pensar se produjo recién a partir de la situación de emergencia económica.
«Ya no tengo más hijos. Vi la mala situación financiera y entretanto tomo la píldora anticonceptiva», afirma Zulaika, la mujer más joven de Hasahya, madre de 11 hijos.
Pero, con el hombre equivocado, esta decisión puede llegar a costarle la vida a una mujer en Uganda: hace poco más de un mes, un hombre de 47 años mató a su esposa porque ella compraba anticonceptivos.
El vecino oriental de Uganda, Kenia, transita desde hace años un camino distinto. Para aplicar la ambiciosa Visión 2030, una estrategia política destinada a promover la prosperidad en el país para finales de esta década, el Gobierno keniano se fijó el objetivo de reducir la tasa de natalidad a tres hijos para 2030.
Según las Naciones Unidas, la tasa en Kenia era de 3,3 hijos por mujer en 2022, y de esta manera claramente más baja que en Uganda. Hasta finales de la década, la ONU espera que esta cifra llegue a 2,94.
Kenia alcanzará esta meta de una manera bastante sencilla: difundiendo anticonceptivos y educación sexual. El Gobierno de esa nación promete que todos deben tener acceso a medios para la planificación familiar. Y eso es exactamente lo mismo que propone Jackson Chekweko en Uganda.
Por Henry Wasswa y David Renke (dpa)