(spa) – Google cuenta desde 2014 con un propio sistema operativo para relojes, pero hasta ahora no había presentado aún un smartwatch de fabricación propia. A principios de octubre llegó el momento: con el Pixel Watch, la compañía presentó su primer reloj Android.
A la hora de evaluar el diseño del primer smartwatch de Google, las opiniones divergen. Para algunos, la clásica forma redonda del Pixel Watch recuerda con su cristal curvado al elegante reloj de pulsera Bauhaus creado por el diseñador suizo Max Bill para Junghans a partir de 1961. Otros, en cambio, objetan que el diseño del Pixel Watch es más bien aburrido, precisamente porque se parece mucho a un reloj de pulsera convencional.
Sin embargo, sería un error emitir un juicio basado solo en las fotos, porque cuando se tiene el Pixel Watch en la mano, su aspecto es elegante y de alta calidad. No obstante, con sus 41 milímetros de diámetro, puede parecer demasiado pequeño en la muñeca de personas más corpulentas.
La pantalla redonda tiene una desventaja en comparación con una pantalla rectangular como la del Apple Watch. Los mensajes más largos son mucho más difíciles de leer. Y un teclado virtual tiene tan poco espacio en el redondel que cuesta dar con la letra correcta con el dedo.
Esta dificultad se ve agravada por el hecho de que la pantalla redonda del Pixel Watch, de 1,6 pulgadas con 384 por 384 píxeles, también tiene un borde negro comparativamente grueso. La solución de Google: un control por voz que funciona excelentemente. Además, la pantalla AMOLED de 1.000 nits es tan brillante que el contenido del reloj puede reconocerse fácilmente incluso a la luz del sol.
Las esferas de los relojes digitales que ofrece Google tienen casi todas un fondo oscuro. Así se ahorra electricidad y también se oculta el borde negro de la pantalla. Las versiones «Concentric», «Classic» y «Pilot Bold» destacan por su bien logrado diseño. Cada una de las esferas ofrece varias opciones de personalización.
La corona del reloj sirve como rueda de desplazamiento y botón de inicio. También se puede utilizar para activar Google Pay, por ejemplo para pagar en la caja del supermercado sin necesidad de llevar la cartera o el móvil en el bolsillo.
También hay un botón de hardware por encima de la corona que se puede utilizar para llamar a las aplicaciones utilizadas más recientemente en la pantalla. Una pulsación larga prepara el reloj para recibir una orden de voz. El concepto de manejo es coherente y funciona bien en el uso diario. Al igual que el Apple Watch normal, la batería del Pixel Watch dura un día.
El Pixel Watch incorpora una serie de funciones de los rastreadores y smartwatches de Fitbit, el especialista en fitness adquirido por Google. El smartwatch también viene con una suscripción de seis meses a Fitbit Premium, que ofrece, entre otros, consejos sobre el sueño y programas de entrenamiento guiados.
El programa, similar al programa Fitness Plus de Apple, también calcula el índice de aptitud física diario y realiza análisis de estrés avanzados.
Lo molesto de Google es que los aficionados al fitness tienen que disponer de dos cuentas: una cuenta de Google para configurar el reloj y otra de Fitbit para utilizarlo en el deporte.
En definitiva, el Pixel Watch convence. La pantalla reacciona rápidamente y los datos de salud, como la medición de la frecuencia cardíaca, se registran con precisión. Las funciones de Fitbit son compatibles con muchos deportes y permiten un análisis preciso del sueño, aunque el resultado sea predecible: acostarse temprano y dormir hasta tarde siempre es bueno.
Los gustos difieren en cuanto al diseño: si se busca un reloj que no parezca un smartwatch a primera vista, el Pixel Watch es una buena y elegante opción. Google debería considerar si una versión XL para muñecas más robustas podría tener sentido.
En cuanto a la comercialización del nuevo reloj, Google está limitando innecesariamente su mercado de ventas: mientras que los smartwatches de Fitbit también funcionan con los iPhone de Apple, el Pixel Watch solo es compatible con dispositivos Android (a partir de la versión 8).
Por Christoph Dernbach (dpa)