Buenos Aires, 14 sep (dpa) – En el verano de 1955 los habitantes de Buenos Aires quedaron conmovidos por el asesinato de una mujer, cuyo cuerpo fue desmembrado y hallado en tres sitios diferentes de la capital argentina.
Por el feminicidio fue arrestado un hombre, su amante, que en prisión escribió un libro en el que aseguró que la víctima lo maltrataba y engañaba. La mujer fue considerada culpable por la sociedad de la época.
Sesenta y tres años después, la fotógrafa María Eugenia Cerutti y el periodista Alejandro Marinelli reconstruyeron el caso a partir de imágenes de archivos, de fragmentos de aquel libro escrito en una celda por el principal sospechoso y de restos de cuerpos dispersos en una Buenos Aires muy distinta a la de mediados del siglo pasado.
Esta obra titulada «Con toda la muerte al aire» es uno de los proyectos que participaron en el Laboratorio de Periodismo Performático, una iniciativa de la revista digital argentina «Anfibia» y del espacio cultural Casa Sofía, presentado a la prensa el jueves en la Fundación Proa, de Buenos Aires.
«Para producir relatos de lo contemporáneo necesitamos acercarnos a las artes, aquello que no podemos gobernar, que no tiene límites concretos, porque pone nuestro compromiso subjetivo para pensar las materias contemporáneas», explicó Cristian Alarcón, director de «Anfibia» y maestro de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano.
El Laboratorio de Periodismo Performático promueve el cruce entre la investigación periodística y las artes explorando nuevas formas de contar historias, indicó Alarcón.
Los trabajos que participaron en el proyecto buscaron lograr una intervención innovadora en la agenda y el espacio público, renovando el lenguaje periodístico de manera experimental y masiva.
El cruce de lo periodístico y lo artístico con la coyuntura «nos consolida en un camino que nos interesa promover: difundimos y producimos cultura en un ámbito independiente, no masivo», comentó Julieta Hantouch, referente de Casa Sofía.
«La performance ha buscado en el periodismo sus fuentes para contar. Pero esa invitación a fundar el Laboratorio es una nueva línea de creación: pensar si el periodismo puede ocupar otros territorios», opinó el dramaturgo Fernando Rubio, tutor de los trabajos.
«Voces disidentes», otro de los proyectos que participaron del Laboratorio, invita a un grupo de personas a ingresar en un túnel en el que se escuchan fragmentos de discursos que generan desigualdades en la sociedad.
Los participantes deben iluminar con sus teléfonos móviles las voces generalmente acalladas para generar una puja por el escenario auditivo entre el discurso hegemónico y el divergente.
Con estos trabajos, sostuvo Alarcón, «buscamos romper las fronteras del periodismo»
Por Gabriel Tuñez (dpa)