El software espía Pegasus pasa a manos de un grupo estadounidense. La compra de NSO Group reabre el debate sobre su uso y control internacional.

El software espía Pegasus, desarrollado por la firma israelí NSO Group, tiene nuevo propietario. Un grupo de inversión estadounidense, liderado por el productor de Hollywood Robert Simonds, adquirió la empresa, lo que vuelve a poner en el centro del debate el papel de estas herramientas de vigilancia digital y su posible entrada en el mercado de Estados Unidos.
Según confirmó el portavoz de NSO, Oded Hershowitz, el consorcio estadounidense “ha invertido decenas de millones de dólares y adquirido la propiedad mayoritaria”. La compañía asegura que su sede y operaciones seguirán en Israel, bajo supervisión del Ministerio de Defensa, aunque la compra plantea dudas sobre el alcance real del control extranjero.
El movimiento es significativo: NSO Group fue incluida en la Lista de Entidades del Departamento de Comercio de EE. UU. en 2021, lo que prohíbe a las empresas norteamericanas colaborar con ella. La sanción se impuso tras detectarse el uso de Pegasus para espiar a diplomáticos estadounidenses, periodistas y defensores de derechos humanos en varios países.
Expertos en ciberseguridad han mostrado su preocupación. John Scott-Railton, del Citizen Lab, advierte que “NSO tiene un historial de operar contra los intereses de Estados Unidos y de facilitar el hackeo de funcionarios estadounidenses”. A su juicio, la nueva estructura podría permitir acceso indirecto a una tecnología con potencial de vigilancia masiva.
La empresa israelí ya había intentado en el pasado ofrecer sus servicios a agencias locales en EE. UU. Pese a afirmar que su software no puede atacar números de teléfono norteamericanos, diversas investigaciones han documentado excepciones.
La operación también marca la salida del cofundador Omri Lavie, que no ha realizado declaraciones. Tampoco respondió STX Entertainment, la firma de Simonds, sobre su participación en la compra.
La falta de transparencia sobre los nuevos propietarios mantiene abiertas las incógnitas. Aunque NSO Group siga sometida a regulación israelí, la titularidad estadounidense podría facilitar vías legales para operar desde dentro del país.
Redacción Candás 365 con información de NotiPress