Sarasota (EEUU), 13 ago (dpa) – Once delfines han fallecido en Florida, Estados Unidos, presuntamente por los efectos de una intensa «marea roja» que invade la costa oeste de ese estado y que ha dejado miles de peces muertos, confirmó hoy a dpa la ONG encargada de la recuperación de los restos.
Aunque los expertos no han determinado las causas de las muertes por el avanzado estado de descomposición en el que fueron encontrados los mamíferos, el laboratorio marino independiente MOTE cree que la proliferación de la «marea roja» podría haber enfermado a los animales.
«Entre el 7 y el 12 de agosto hemos recuperado 11 delfines de nariz botella fallecidos en la costa del condado de Sarasota, en el Golfo de México», dijo la vocera del MOTE, Hayley Rutger, quien no descartó que la proliferación de microalgas tóxicas en el agua sea la causante de los decesos.
De acuerdo con Rutger, uno de los delfines encontrados (macho de 12 años de edad) formaba parte de los 170 ejemplares que el laboratorio ha estudiado por más de 40 años en la Bahía de Sarasota, ubicada unos 286 kilómetros al noroeste de Miami.
«Habíamos registrado un año récord de nuevos nacimientos de delfines en la Bahía pero tememos que las cosas estén cambiando», agregó la vocera al detallar que la mayor preocupación es que los mamíferos mueran en circunstancias derivadas de la mortandad que ha producido la «marea roja».
Durante la última gran ‘marea roja’ que se registró en esa zona de Florida entre 2005 y 2006, «el mayor problema fue la disminución en un 90 por ciento de las presas de estos mamíferos». «Ellos terminaron atrapados en las redes de pescadores buscando comida», explicó.
El fenómeno, que se registra en esa costa desde noviembre pasado y que multiplicó su presencia en las últimas semanas, ya ha causado la muerte a miles de peces, tortugas y otros mamíferos marinos como manatíes, como lo confirmó la Comisión de Conservación de Peces y Vida Silvestre de Florida (FWC, por sus siglas en inglés).
La «marea roja», cuyo nombre científico es «karenia brevis», produce unas toxinas que pueden enfermar o matar a los peces, aves, tortugas y mamíferos marinos e incluso pueden afectar a los humanos causando problemas respiratorios o intoxicación digestiva si se consumen mariscos contaminados.