Münster (Alemania), 3 ago (dpa) – El meteorito que se estrelló contra la Tierra cerca de Berlín en enero pasado tiene unos 4.500 millones de años y pertenece a la rara clase de los aubritas, según concluyó un equipo internacional dirigido por investigadores alemanes en la revista «Meteoritics & Planetary Science».
El diminuto asteroide 2024 BX1 ardió cerca de Berlín la noche del 21 de enero, creando un espectáculo celeste. Los fragmentos cayeron al suelo en Havelland, Brandeburgo. Posteriormente, científicos y coleccionistas descubrieron numerosos meteoritos. Los meteoritos son trozos de roca que aterrizan en la Tierra procedentes de un cuerpo celeste.
Un equipo internacional dirigido por investigadores del Instituto de Planetología de la Universidad de Münster ha dado a conocer los detalles del meteorito, al que han llamado «Ribbeck» por el lugar donde fue hallado.
Según escribe el grupo, se encontraron 202 fragmentos con un peso total de 1,8 kilogramos. El campo cerca de los pueblos brandemburgueses de Ribbeck, Berge y Lietzow sobre el que se esparcieron los fragmentos tenía un tamaño de 1,5 por 10 kilómetros.
La búsqueda de los restos del cuerpo celeste comenzó con inusitada rapidez, ya que la agencia espacial estadounidense NASA había anunciado la llegada del asteroide.
Sin embargo, sin saberlo, los científicos y coleccionistas se enfrentaron inicialmente a un reto durante la búsqueda, según cita la primera autora, Addi Bischoff, en un comunicado de prensa sobre el estudio: «Cuando se buscan meteoritos, normalmente se buscan piedras negras. Sin embargo, debido a su mineralogía y composición, los fragmentos de Ribbeck no presentaban una corteza de fusión consistentemente oscura».
Probablemente por eso se pasaron por alto numerosas piezas en los primeros días de la búsqueda hasta que se reconoció esta peculiaridad.
El estudio confirma que «Ribbeck» pertenece a la rarísima clase de meteoritos de las aubritas. Solo se conocen doce casos de aubritas en todo el mundo.
Las aubritas son ricas en magnesio y silicio, y «Ribbeck» ocupa una posición especial en su clase: tiene una proporción excepcionalmente alta de feldespatos, un mineral que pertenece al grupo de los silicatos.
El grupo de investigación supone que el cuerpo madre de «Ribbeck» tenía unos 4.500 millones de años y procedía del cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter.
Los científicos también explican por qué los fragmentos olían intensamente a sulfuro de hidrógeno, un olor similar al de los huevos podridos: las reacciones químicas entre las fases minerales y la humedad provocada por la nieve y el deshielo causaron este olor y modificaron la mineralogía de la roca.