El Gobierno de Asturias ha aprobado el protocolo que establece el marco de actuación de las administraciones públicas en los episodios en que aumente la polución del aire a causa de situaciones de estabilidad atmosférica que dificulten la dispersión de contaminantes.
El documento refleja el compromiso del Principado con la prevención y la protección de la salud, pues su activación no implica necesariamente riesgo de superación de los valores límites regulados por la legislación ambiental vigente. Así, ante un episodio de contaminación, el protocolo podrá ser activado en nivel 0 (preventivo), nivel 1 (aviso) y nivel 2 (alerta).
Para cada uno de los niveles se definen una serie de medidas que deben adoptar las administraciones, las empresas y la ciudadanía. Además, prevé la implicación de tres consejerías: Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Empleo, Industria y Turismo, y Sanidad.
En los planes de mejora de la calidad del aire para las zonas de Gijón y Asturias central aprobados en 2014 se proponía la elaboración de un protocolo para situaciones meteorológicas que dificulten la dispersión de contaminantes. En este sentido, en noviembre de 2015 Medio Ambiente desarrolló sendos protocolos provisionales para Gijón y Avilés, centrados en la contaminación de partículas menores de 10 micras (PM10). En el caso de Gijón, se activó en noviembre y diciembre de 2015, noviembre de 2016 y octubre de 2017. En el caso de Avilés, en noviembre de 2015 y octubre de 2017.
Además, en 2017 se mantuvieron reuniones con representantes de 16 ayuntamientos del área central, la Delegación del Gobierno, la Delegación Territorial de la Agencia Estatal de Meteorología y la Dirección General de Tráfico, con el objetivo de redactar un protocolo marco para todo el Principado.
El documento, fruto del consenso de las administraciones, se sometió a información pública en noviembre de 2017 y se recibieron alegaciones de 129 entidades entre ayuntamientos, asociaciones vecinales y de consumidores, ecologistas, partidos políticos, empresas y ciudadanos. Las sugerencias versaban sobre cuestiones como el alcance geográfico, la inclusión de nuevos contaminantes, las estaciones de calidad del aire o los umbrales de los niveles de activación.
Si bien muchas de las alegaciones no se atendieron porque quedaban fuera del ámbito de aplicación del protocolo, sí se tomaron en consideración aportaciones como las siguientes:
– La inclusión en su ámbito de actuación de un nuevo contaminante: el dióxido de nitrógeno (NO2).
– La activación del protocolo en su nivel 0 para el contaminante PM2,5 (partículas menores de 2,5 micras).
– Nuevas medidas de información.
– Nuevas medidas de tráfico.
– Nuevas medidas para el sector industrial.
La participación activa de los ayuntamientos y la colaboración de los ciudadanos ante situaciones puntuales de contaminación resultarán fundamentales para que el protocolo alcance sus objetivos.
