Bremerhaven/Antártida, 25 dic (dpa) – En el extremo más austral de la Tierra se celebró la Nochebuena como en muchos hogares alemanes, explicó Eva Link, cocinera de la base antártica Neumayer III, gestionada por el Instituto Alfred Wegener (AWI).
Según reveló, esta Nochebuena hubo costillas de ciervo, repollo colorado y rulos de pan. Para los habitantes de la base que no comen carne, hubo un goulash vegano. «Tuvimos una mesa hermosa», dijo Link.
Las costillas de ciervo ya llevaban tiempo en el congelador: fueron llevadas hasta la base en barco en enero de 2023. Recién hace poco, tras los meses del invierno austral, pudo atracar otro barco.
Según relató Link, a pesar de que ya es verano y las temperaturas algo superiores a cero son suaves en comparación y durante la medianoche aún es de día, desde hace semanas se vivió un ambiente prenavideño en la base.
Las ventanas fueron decoradas con estrellas de papel y ramas artificiales de pinos y no faltaron Lebkuchen y Spekulatius, pan de especias y galletitas típicas de estas fiestas en Alemania.
Lo que casi no hubo fueron regalos, aunque eso no es terrible, explicó el director de la base, Peter Fröhlich. «Ya nos acostumbramos a no comprar nada, dado que no necesitamos nada nuevo».
El año pasado se entregaron algunos presentes de fabricación propia. Pero lo que más se disfrutó fue un concierto de piano ofrecido por uno de los residentes.
Para Fröhlich y Link se trata ya de la segunda Navidad en el fin del mundo. Ambos llegaron a mediados de diciembre de 2022 y permanecieron en la Antártida junto con otras ocho personas. En enero de 2024, regresarán a Alemania.