(dpa) – La piel está seca y enrojecida, a la vez que pica muchísimo. Detrás de estas molestias, puede esconderse una neurodermatitis, que en los niños suele aparecer en las mejillas, los párpados o en la parte exterior de los brazos y las piernas.
En un estadio posterior, las zonas inflamadas pueden formar ampollas, que a veces también supuran. Un verdadero tormento para los afectados, porque el picor extremo perturba el sueño por la noche y la concentración durante el día.
Y no solamente esto. «Muchas niñas y varones se avergüenzan de cómo se ve su piel y del picor y se sienten excluidos en la guardería o en la escuela», comenta la dermatóloga alemana y profesora Regina Fölster-Holst. Esto puede afectar la calidad de vida de los pequeños y sus familias.
Pero en muchos casos es posible contrarrestarlo, tanto con un buen cuidado de la piel como con un acompañamiento cariñoso al niño enfermo.
«Una vez establecido el diagnóstico de neurodermatitis, la vida cotidiana puede hacerse más llevadera para los afectados», subraya Fölster-Holst. Sin embargo, se necesita algo de tiempo y de paciencia.
La exigencia no solamente es para los pequeños pacientes. La neurodermatitis es una enfermedad cutánea bastante crónica, que progresa por episodios y en diferentes etapas. «Esto significa que hay fases en las que los afectados están casi libres de síntomas», explica la dermatóloga germana Marion Moers-Carpi.
Ciertos factores desencadenantes, que varían de un niño a otro, pueden provocar un nuevo episodio. «Por ejemplo, la lana, el jabón, el humo del tabaco, pero también el sudor o el estrés o el calor o el frío en general pueden ser factores desencadenantes», dice Fölster-Holst. Algunos alimentos como la leche o los cacahuetes también pueden generar un brote de neurodermatitis.
¿De dónde viene la enfermedad?
Es fundamental saber que la «neurodermatitis no es una enfermedad cutánea contagiosa, tampoco en su fase aguda», según explica la especialista.
Factor de riesgo para padecer esta patología es la predisposición familiar. Pero «los estudios muestran que en los últimos años se incrementaron los casos de neurodermatitis, y eso no solamente puede tener que ver con la genética», asevera Moers-Carpi.
También existen intensas discusiones de expertos sobre la denominada teoría de la higiene, comenta Moers-Carpi. Esta apunta a que actualmente las personas se lavan demasiado y son limpias en exceso, lo que debilita el sistema inmunitario. Sin embargo, hasta ahora esto no fue más allá de una mera teoría.
¿Y cómo es el esquema de tratamiento de una neurodermatitis? «No existe un esquema uniforme», deja en claro Fölster-Holst. El dermatólogo o dermatóloga establecerá un plan de terapia individual para el menor.
En las revisiones periódicas de control se comprueba si la terapia prescrita sigue siendo adecuada o hay que ajustarla. «La principal medida terapéutica es la crema de cortisona», explica Moers-Carpi. Está disponible en diferentes presentaciones, desde la clase uno hasta la clase cuatro.
Fölster-Holst comenta que para niños y niñas a partir de 12 años existen medicamentos que el médico o médica podrá inyectar bajo la piel cada 14 días. Pero la verdadera clave de la terapia es el cuidado de la piel, siguiendo las indicaciones médicas.
«También es importante cuando el niño está libre de síntomas, porque el objetivo es evitar un nuevo episodio en la medida de lo posible», advierte Fölster-Holst.
Asimismo resulta crucial organizar suficiente tiempo para la aplicación de la crema. «Es preferible levantarse un poco antes a la mañana y no hacerlo a las apuradas a la noche antes de acostarse», recomienda Fölster-Holst. Porque, además, hace notar que una ambiente de agitación también puede provocar la neurodermatitis.
En caso que el niño necesite ayuda, porque aún es pequeño, entonces los padres deberían vincular la colocación de la crema con un ritual entretenido, como por ejemplo pintar figuras en las mejillas, cantar juntos una canción o contar una historia.
A una edad mayor, tiene sentido que la niña o el niño asuman por su propia cuenta el cuidado de la piel, una manera mediante la cual los padres reforzarán la propia responsabilidad de su hijo.
El hecho de no rascarse durante este picor que aparece por episodios es una regla que puede resultar verdaderamente difícil de cumplir, especialmente para los más pequeños.
En estas situaciones ayudan medicamentos, pero llevan un tiempo hasta que hacen efecto. «Para que en esta fase de transición los niños no se lastimen rascándose las zonas inflamadas, lo indicado es que los padres pongan atención en que sus hijos tengan las uñas lo más cortas posible», dice Fölster-Holst.
En el caso de picor agudo, puede ayudar la colocación de un paño frío sobre la piel. Para que el niño no se rasque las zonas de piel inflamada mientras duerme, pueden ser útiles guantes de algodón fino.
Hablar sobre la neurodermatitis
«También es importante hablar de manera acorde a su edad con los hermanos del niño enfermo», subraya Fölster-Holst. De esta manera, los padres fomentan la comprensión mutua. Sin embargo, la neurodermatitis no debe ser el tema dominante en la familia.
«En caso necesario, los padres establecerán que en la mesa no se hablará en ningún caso de la enfermedad», apunta la dermatóloga. También recomienda a madres y padres prestar atención a que no solamente el menor enfermo se encuentre en el foco.
Además, los padres deben estar atentos al entorno del niño. ¿Recibe comentarios hirientes, por ejemplo en la guardería o en la escuela? En ese caso los progenitores podrán hablar con los educadores y maestras y sondear posibilidades para mejorar la situación.
La educación sobre la neurodermatitis también puede ser lúdica. Por ejemplo, Fölster-Holst colaboró con una pedagoga y un compositor para crear una pieza para escuelas, durante la cual se abordan enfermedades de la piel y alergias a través del juego.
Según Fölster-Holst, lo esencial en relación con la neurodermatitis es que «se puede ayudar a los afectados de muchas maneras». Pero, lamentablemente, la enfermedad no se puede curar.
Por Sabine Meuter (dpa)