París, 27 may (dpa) – En Roland Garros, su torneo fetiche, Rafael Nadal parece competir ya contra sí mismo: si bien hay rivales de peso, algunos incluso desafiantes, casi todos hambrientos de gloria, el tenista español parece ser, por el momento, su único límite.
La primavera europea suele traer las mejores noticias de Nadal, que habitualmente llega a París con dos o tres trofeos bajo el brazo, como una primera muestra de poder.
Este año, logró su undécimo título tanto en Barcelona como en Montecarlo, mientras que se coronó por octava vez Roma. Las dudas de su lesión en el psoas ilíaco, la lesión que lo marginó de Indian Wells y Miami, quedaban así atrás.
Nadal, que debutará mañana ante el italiano Simone Bolleli, parece ser otro, ya inalcanzable, en la arcilla. Como si derrotarlo, además de exigir un nivel superlativo, tuviera más que ver con la suerte, con que el mallorquín tenga un mal día.
«Soy como cualquier otro jugador», expresó sin embargo un modesto Nadal en una entrevista que publica hoy el diario francés L’Équipe.
«La solución que encontré es simple: hay que ser positivo y jugar con buena actitud, incluso cuando el ‘feeling’ no está ahí», expresó quien busca su undécimo Roland Garros.
«Lo importante es olvidar la frustración y aceptar la situación», reconoció el campeón de 16 Grand Slam.
Sin embargo, aun son su tremenda fortaleza mental, hasta el rey de la arcilla puede perder en su feudo. Dominic Thiem entregó la última prueba en los cuartos de final de Madrid: Nadal tuvo un mal día y el austríaco, inspirado con el revés, aprovechó la ocasión.
Thiem, todo un especialista en la arcilla, parece aferrarse a esa esperanza, aunque en ese lote entra también el alemán Alexander Zverev, que cayó recientemente ante Nadal en el Foro Itálico, aunque por momentos dominó el duelo.
«Por supuesto que Rafa es el favorito en París, no hay ninguna duda», afirmó el viernes Zverev, que acumula cinco derrotas en tantos partidos ante el español.
«Para mí todo es partido tras partido. Espero poder jugar el mismo tenis que en las últimas tres semanas», expresó sin embargo el germano, consciente de las posibilidades de su juego.
«Sé que tengo opciones contra cualquiera si juego mi mejor tenis», dijo.
Si bien Thiem y Zverev asoman como los grandes rivales de Nadal, Novak Djokovic es un nombre a tener más que en cuenta: alguna vez él fue el límite de Nadal en la Porte d’Auteil.
El serbio es, junto al sueco Robin Söderling, uno de los dos jugadores que venció al balear en París. Fue en 2015, en los cuartos de final. Un año después, Djokovic ganaría por fin el Grand Slam que le faltaba.
«Novak es uno de los mejores jugadores de la historia en nuestro deporte», afirmó el español al respecto. «No creo que esté volviendo. Él siempre ha estado», señaló sobre el serbio, que llega a París buscando su nivel tras sufrir una lesión en el codo.
Pero quizá solo él, más que nadie, sepa cómo hacer que el torneo del Bois de Boulogne no sea un duelo de Nadal contra Nadal.
Por Manuel Dueñas (dpa)