Chemnitz (Alemania), 31 ago (dpa) – La ministra de Familia de Alemania, Franziska Giffey, depositó hoy en la ciudad oriental de Chemnitz un ramo de seis rosas blancas en el lugar donde el fin de semana fue asesinado un ciudadano alemán presuntamente a manos de dos migrantes y cuya muerte desató una ola de protestas ultraderechistas.
La política socialdemócrata, visiblemente afectada, permaneció unos minutos en el lugar del crimen, convertido en una especie de altar improvisado en recuerdo de la víctima.
Giffey es la primera representante del Gobierno de coalición que dirige la canciller Angela Merkel en acudir a Chemnitz, una ciudad del este de Alemania en la que desde el fin de semana en un clima de creciente tensión los extremistas de derecha tomaron las calles y llamaron a «dar caza a la criminalidad extranjera» como respuesta al acuchillamiento del hombre de 35 años de nacionalidad alemana.
Dos jóvenes migrantes, un iraquí y un sirio, permanecen en prisión preventiva por sospechas de asesinato.
Los extremistas de derecha, muy activos en las redes sociales y con gran poder de convocatoria en el este de Alemania, han anunciado nuevas protestas de cara al fin de semana. El este de Alemania, donde el extremismo de derecha goza de mayor aceptación entre la población que en el resto del país es un territorio hostil para miembros del Gobierno de Merkel.
Los ultraderechistas atacan de forma constante a los partidos tradicionales y los acusan de utilizar su poder en el Gobierno para dejar entrar de forma descontrolada a los migrantes en Alemania. Además, es habitual que cuando miembros del Gabinete de Merkel acuden a zonas de la extinta República Democrática Alemana (RDA) sean abucheados. La propia canciller, en una visita oficial al este del país fue recibida al grito de «traidora del pueblo».