(dpa) – «Amo a otra persona». Escuchar esta frase de la boca de la pareja es un shock que destruye la confianza y los proyectos de vida. Esto también corre cuando un hombre no se va por otra mujer, sino por otro hombre. O cuando la mujer decide compartir en el futuro su vida con otra mujer.
«Afecta a un nivel muy profundo», señala la consejera sexual y de vida alemana Dagmar K. Raimund, que ofrece consultas online para mujeres cuyos maridos salieron del clóset diciendo que eran homosexuales.
Según cuenta, a las mujeres que buscan consejo con ella les duele especialmente «que el hombre no solo se aleja de su mujer, sino de lo femenino en general». Por otro lado, añade que para la mayoría de ellas también es muy duro que casi nadie comprende por lo que están pasando.
Esto vale independientemente del sexo: tanto mujeres como hombres viven el coming-out de su pareja después de años de relación heterosexual en común como un enorme desafío y una crisis vital, de acuerdo con un estudio realizado para la Asociación de Gays y Lesbianas de Alemania (LDVD).
Parejas, hijos, padres y hermanos fueron interrogados acerca de cómo vivieron y elaboraron una declaración tardía de homosexualidad.
Según la encuesta, la mayor carga recayó sobre las parejas. Al enojo y al duelo, a la desesperación y la tristeza se suma «no saber si toda la relación fue solo una coartada, la impotencia de no poder ‘luchar’ por la relación y los sentimientos de culpa en relación a la homosexualidad del otro».
Cuando se trata de «coming-outs», la clave suele estar en quién es la persona que dice que ama a un hombre como hombre o a una mujer como mujer. En comparación con décadas anteriores, la sociedad es mucho más abierta y acepta mejor la homosexualidad. «Pero las esposas de hombres que se declaran homosexuales apenas son tenidas en cuenta, al igual que antes», dice la alemana Kundri Böhmer-Bauer, quien atravesó esta situación en los 90.
Según cuenta, estuvo siete años «muy felizmente» casada con su esposo. «Éramos considerados una pareja ejemplar», añade. Sin embargo, ella sabía que él había tenido una relación con otro hombre antes. «Pero él decía que eso era una etapa pasada», afirma. Sin embargo no lo era. «Creo que yo lo intuí incluso antes que él», dice Böhmer-Bauer.
Un video que se cierra antes de tiempo en el teléfono, un chat abierto en un foro homosexual… A la distancia, todo parece claro. Pero a algunas parejas, el «coming-out» de su compañero los toma completamente por sorpresa.
«Les cuesta reconocer y perdonarse que no se dieron cuenta antes», afirma Dagmar K. Raimund. Sobre todo porque muchas parejas niegan al principio haber tenido sexo con el mismo sexo o desearlo.
De acuerdo con Sharon Rieck, de la iniciativa alemana «Tangiert», un grupo de autoayuda para mujeres cuyas parejas son homosexuales o bisexuales, muchas personas tratan de mantener la apariencia de la familia perfecta.
Los motivos son de lo más diversos: religiosos, el miedo a la estigmatización, el deseo de un entorno estable y la inseguridad, pero también rasgos de carácter narcicistas.
«Casi todas las semanas recibo el llamado de una mujer», cuenta Sharon Rieck, que coordina el grupo en toda Alemania. Afirma que hay varios grupos regionales, pero que también funciona bien un grupo de Facebook cerrado para compartir experiencias.
En cambio, apenas hay ofertas similares para hombres. Mientras que las mujeres crearon plataformas y redes online, sigue faltando apoyo para los hombres que se ven enfrentados al coming-out de su compañera, según constatan las autoras del estudio para el proyecto de la LSVD «Homosexualidad y familias». Sharon Rieck cuenta que algunos llaman a «Tangiert» ya que «no saben a quién más dirigirse».
Amigos y familiares no siempre son de ayuda. Kundri Böhmer-Bauer recuerda las reacciones repletas de rechazo cuando se separó de su esposo hace 30 años tras el coming-out de éste. «Me decían que había fracasado como mujer», rememora. Incluso le sugirieron que se mudara a otra ciudad para que nadie se enterara de lo sucedido.
Dagmar K. Raimund dice que sigue siendo una reacción típica buscar las causas en la relación. «La mayoría de las personas cree que un hombre que tiene esposa e hijos no puede ser homosexual», señala. Y de ser así, se cree que «se trata de déficts en la sexualidad del matrimonio».
La pareja hecha trizas, las reacciones poco sensibles del entorno: muchos afectados se sienten víctimas y se llenan de sentimientos de culpa, según Raimund. «Si bien esto es absolutamente comprensible, aún así se debería tratar de encontrar la manera de salir de ese lugar», indica. Cuanto menor sea la dependencia emocional, más fácil será comenzar una nueva vida.
Kundri Böhmer-Bauer incluso encontró otra manera de abordar el tema. Escribió una novela sobre lo sucedido. Afirma que no es su propia historia, pero que está inspirada en ella. Asegura que sigue teniendo contacto con su ex esposo. «Somos buenos amigos», dice.
También Dagmar K. Raimund, que no solo apoya a mujeres en este proceso, sino que también se vio afectada por esto ella misma hace muchos años, tiene una buena relación con su ex esposo, con el que tiene dos hijos.
Afirma que, a pesar de la enorme desilusión, también es bueno «ponerse en los zapatos de la pareja» y asumir su perspectiva, y que todo esto puede ser de ayuda. De esta forma, la pareja se puede transformar en amistad, sobre todo si se pasaron buenos años juntos.
Sin embargo, afirma que si alguien fue engañado por la pareja con otra persona, «no es un muy buen punto de partida» para quedar como amigos.
Por Eva Dignös (dpa)