Berlín, 23 jul (dpa) – Nacido en 1988 en el seno de una familia de origen turco en la ciudad de Geselkirchen, en el oeste de Alemania, Mesut Özil despuntó a una edad temprana en el mundo del fútbol.
Veintinueve años después, el deportista se despide de la selección alemana cansado de los reproches y las críticas que ha desatado una fotografía suya con el cuestionado presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Curtido en las categorías inferiores de modestos equipos locales, Özil se incorporó en 2005 al equipo juvenil del Schalke 04 y logró conquistar en su primera temporada la Liga Alemana sub 19 anotando diez goles.
Un año después dio el salto a la Bundesliga con la camiseta del primer equipo, cuyos colores defendió hasta que en 2008 fue fichado por el Werder Bremen.
Tras jugar dos temporadas en el club del norte de Alemania, con el que conquistó la Copa y la Supercopa de Alemania se mudó a España para jugar con el Real Madrid. En el conjunto blanco siguió engordando su palmarés: ganó la Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España.
«He cogido lo mejor de los dos pueblos: la disciplina de los alemanes y la imaginación de los turcos, que, al ser mediterráneos, como los españoles, son más relajados», señaló en una entrevista concedida a «El País» cuando jugaba en España.
Desde 2013, el apodado como el «Mago de Öz» por la prensa, juega en el Arsenal. En el club de la Premier League inglesa ha logrado sumar otros seis títulos.
De forma paralela, el deportista ha sido uno de los rostros habituales de la selección alemana de fútbol, con la que jugó un total de 92 partidos oficiales y anotó 23 goles.
La cumbre la alcanzó en 2014, cuando se coronó campeón del mundo en Brasil y dio a Alemania su cuarta estrella. Fue durante años uno de los símbolos de una selección multicultural, pero ahora deja la «Mannschaft» en medio de un escándalo.