Berlín, 5 sep (dpa) – La canciller alemana, Angela Merkel, reiteró hoy su condena de los disturbios y manifestaciones promovidas por la ultraderecha en la ciudad de Chemnitz, en el este del país, e insistió en que las imágenes mostraron «un odio muy claro y, por tanto, también la persecución de personas inocentes».
«Debemos distanciarnos de esto», declaró tras un encuentro con el primer ministro checo, Andrej Babis, en la Cancillería de Berlín. «Con esto queda todo dicho», agregó.
Merkel respondió así a las acusaciones de Jörg Meuthen, líder del partido populista de tinte xenófobo Alternativa para Alemania (AfD), quien le pidió que se disculpara por su reacción original y que destituyera a su portavoz de Gobierno, Steffen Seibert.
Tras los acontecimientos originados en Chemnitz tras la muerte de un alemán a manos supuestamente de un iraquí y un sirio, tanto Merkel como Seibert hablaron de «cacería» (de extranjeros), pero el primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, lo rechazó hoy durante su declaración ante el parlamento regional del estado federado al que pertenece Chemnitz.
El político de la Unión Cristianodemócrata llamó hoy a luchar «con todas las fuerzas» contra la ultraderecha en la región, pero negó que se produjera una «cacería» o persecución de extranjeros. «Está claro que no hubo ni una turba, ni caza ni pogromos», afirmó.
El político democristiano anunció que se instalará un comisionado para la protección de las víctimas. Además, el Poder Judicial está trabajando en una estrategia de tolerancia cero y en hacer que los procesos judiciales sean más breves.
Kretschmer aseguró que el «terrible homicidio» que precedió a las revueltas se aclarará completamente y que los autores serán castigados. Asimismo, aprovechó para darle las gracias a la Policía por haber logrado garantizar la seguridad en Chemnitz a pesar de la escasez de personal.
El 26 de agosto, un joven de 35 años nacido en Chemnitz de padre cubano fue asesinado a primera hora de la madrugada. Otros dos alemanes resultaron gravemente heridos en el ataque con cuchillos.
La detención de los dos sospechosos desencadenó una serie de manifestaciones contra los extranjeros convocadas por la ultraderecha en Chemnitz desde hace más de una semana. La última el pasado sábado, cuando unas 8.000 personas participaron en la llamada «marcha del silencio» convocada por AfD y por el movimiento islamófobo Pegida.