Un 6,73% de los fumadores habituales aprovechó el confinamiento para dejar el hábito. Además, casi un 6% disminuyó su consumo, principalmente estudiantes, desempleados y personas en situación laboral de ERTE, según una encuesta nacional del Ministerio de Sanidad. La consulta se realizó a más de 17.000 personas mayores de 16 años; entre ellas, 445 asturianas.
Ocho de cada diez personas encuestadas manifestaron que asociaban el consumo de tabaco con un mayor riesgo de padecer covid o de presentar síntomas más graves. Sin embargo, esa percepción disminuyó un 66% cuando se refirieron a los cigarrillos electrónicos, una forma de consumo también perniciosa para la salud.
La realidad es que los fumadores y exfumadores con coronavirus han tenido peor pronóstico y mayor riesgo de mortalidad, tal como ha explicado el jefe de Salud Poblacional de la Dirección General de Salud Pública, José Ramón Hevia. De hecho, el tabaco, los cigarrillos electrónicos y el vapeo aumentan hasta siete veces más la trasmisión de la enfermedad. Según Hevia, algunas de las medidas anticovid han calado en la sociedad: “Sabemos que es mayoritario el porcentaje de la población favorable a que continúe la prohibición de fumar en las terrazas”.
Otro de los aspectos positivos que refleja la encuesta es que el 61% de las personas que reconocían estar expuestas al humo antes del confinamiento dejaron de estarlo durante ese periodo de la pandemia.
Campaña de sensibilización
Entre el 25 y el 30% de la población asturiana fuma, según la última Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España Edades 2019/20. Es un porcentaje que se mantiene estable desde hace más de una década.
En este contexto, la Consejería de Salud ha lanzado la campaña Vacúnate también del tabaco ante el Día Mundial Sin Humo, que se celebra mañana, para animar a quienes fuman a que abandonen este hábito, que causa más de 2.000 muertes al año en Asturias y unas siete millones en todo el mundo. “No es que haya una vacuna contra el tabaco, pero sí hay soluciones que están al alcance de todo el mundo”, ha asegurado Hevia.
La Consejería de Salud dispone del Programa de Prevención y Control del Tabaquismo 2019-2023, con el que se pretende evitar y retrasar el inicio del consumo de los adolescentes y jóvenes, facilitar el abandono del hábito y proteger a los fumadores pasivos.
Las autoridades sanitarias insisten en la importancia de no culpabilizar a las personas fumadoras. Es necesario generar entornos saludables que favorezcan que puedan tomar decisiones más saludables y esto supone mejorar las condiciones de vida de forma general. En aquellas que hayan tomado la decisión de abandonar el tabaco es importante apoyar su proceso de deshabituación.