Los tiempos de los grandes detectives ya pasaron; la infalible astucia de Sherlock o Poirot tuvieron su momento de oro. ¿Pero qué hay de aquellas personas normales, de a pie, cuya intención no es otra que la de ayudar en casos que a nadie más le interesan (aunque su torpeza a veces propicie justamente lo contrario)?
María Auxiliadora Álvarez es una escritora sevillana con amplia experiencia, especialmente, en la literatura de terror (no hace mucho publicaba su novela El rostro en el laúd, y es autora de los guiones de los audiorrelatos ‘El maletero’ y ‘El joven espantapájaros’, producidos por Terror y nada más), pero ahora se lanza a otra gran pasión: el género detectivesco.
Lo ha hecho con su libro Casos descartados, una novela emocionante que recupera los rasgos más clásicos del género y les da una vuelta de tuerca para presentar algo verdaderamente original. La historia se desarrolla en el siglo XIX, momento álgido de la profesión de detective, y la ciudad, Greheim, puede situarse en cualquier lugar de la siempre enigmática Centroeuropa.
Sigmund es miembro de una adinerada familia que se encarga de financiar la comisaría de policía local, lo que hace que su relación con el departamento sea muy estrecha. Ataviado con un simpático corbatín y mostrando un aspecto del todo desaliñado y poco adecuado para la clase social que representa, se ofrecerá para solucionar aquellos casos descartados por los agentes (bien porque no les resultan interesantes, bien porque no tienen manera de descubrir qué propició tal o cual crimen).
Pero Sigmund es demasiado patoso, lo que además de misterio y suspense generará un aire cómico muy característico y permitirá al lector acercarse, como se mencionaba antes, a un nuevo tipo de detective: uno más normal, humano, que tan solo cuenta con sus buenas intenciones para enfrentarse a los interminables enigmas. No obstante, si bien sus equivocaciones no suelen reportarle grandes beneficios en sus variopintas aventuras, sus ayudantes Hoggans y Carlotta estarán ahí para echarle una mano y encandilar a los lectores con sus poderosas personalidades; dos personajes necesarios que ofrecen un simpático contraste con respecto a la torpeza de Sigmund.
El libro, tal y como comenta su autora, se divide en distintos capítulos conclusivos, cada uno de los cuales responde a un caso en concreto. No obstante, siempre hay una trama general que se va desarrollando a lo largo de las páginas, lo que le da una solidez adecuada al conjunto. Eso propicia que el desarrollo de los personajes no se vea refrenado en ningún momento, y mientras emocionantes persecuciones o locos interrogatorios tienen lugar, nunca se deja de lado la vida de los protagonistas ni lo que en ellas se sucede.
Y es que la autora ha sabido construir la narración sobre fuertes pilares. “Me gusta trabajar mucho la idea principal y buscar aquello que la hace original. La trama la cuido mucho. Si no está bien construida la trama, ‘el esqueleto’, mal vamos. La historia tiene que tener una base bien construida, con su lógica y sus giros. También trabajo mucho los personajes. Deben estar bien dotados de vida”, comenta.
Así, Casos descartados muestra una atmósfera totalmente envolvente debido a la capacidad de María Auxiliadora Álvarez para desarrollar estupendas descripciones de los personajes y de todo lo que les rodea. El ágil desarrollo de la trama invita siempre a sumergirse más en todo aquello que acontece y configura una novela excelente e imprescindible para los amantes del género detectivesco y cómico.