(dpa) – El Gobierno de las Maldivas decidió hacer obligatorio para todos los visitantes de corto plazo, incluidos los turistas, la presentación de un test negativo de coronavirus obtenido 72 horas antes de su arribo.
La decisión, que apunta proteger a los turistas, entró en efecto el 10 de septiembre, según comunicó el Ministerio de Turismo.
Las Maldivas volvieron a abrirse al turismo el 15 de julio, luego de mantener los hoteles cerrados durante cuatro meses y el Ministerio de Turismo espera atraer a más de 7.000 turistas en el mes de octubre.
Esta nación isleña, que registró hasta el momento sólo 8.000 casos de coronavirus, es conocida internacionalmente por sus lujosos complejos, muchos de los cuales comenzaron a atraer a los visitantes con restaurantes de primer nivel, además de sus famosas playas.
Además de cocina japonesa, francesa e italiana, la cocina local lentamente está accediendo a las cartas de los restaurantes más importantes.
Esto no es sencillo, dado que en las islas no hay mucho más que papayas, bananas y cocos. El mar ofrece una variedad infinita de pescado, por supuesto, pero hasta ahora esto no ha sido aprovechado.
La cocina maldiva es una mezcla de influencias indias, ceilandesas y árabes. El pescado generalmente es asado hasta que queda muy seco, mientras que el atún muchas veces es remojado en salsa de curry. Para acompañar se suele usar arroz o el tradicional «roshi», un fino pan de pita.
Para los paladares occidentales, la cocina local puede ser demasiado picante o demasiado insípida.
En muchos complejos turísticos, los cocineros intentan adaptar la cocina local a los gustos de sus visitantes, lo que no siempre resulta tan bien como en el Park Hyatt Hadahaa, en el sur de las Maldivas.
Este complejo ofrece genuinas «comidas familiares», en las que un empleado maldivo se sienta con los visitantes y les explica cómo están preparados los platos y cómo es mejor comerlos.
Si viaja a las Maldivas en los próximos meses, debería pensar dos veces si quedarse o no en la capital.
La mayoría de los turistas que visitan las islas evitan completamente la capital, Malé, en su camino a algunas de las fabulosas playas del país, a pesar de que la ciudad es la mejor oportunidad de observar la genuina vida cotidiana en las Maldivas, algo que no encontrará en los lujosos complejos.
Para ver la capital se necesita por lo menos un día. Pero en medio de la pandemia no es el lugar más seguro para pasar un par de días.
En Malé viven aproximadamente 100.000 personas en un área de unos dos kilómetros cuadrados, lo que la convierte en uno de los lugares más densamente poblados del planeta. Eso obliga a la ciudad a lidiar con los problemas que eso genera.
La mayoría de las personas recorren la ciudad en motos -hay unas 30.000- y prácticamente todos tienen coche. Con sus mezquitas, apartamentos y complejos de oficinas, Malé tiene mucha actividad, especialmente al finalizar el día, cuando la temperatura desciende y comienza la vida en la calle.