Mannheim (Alemania), 4 feb (dpa) – Una mujer rusa que migró a Alemania en 2019 vende en la carnicería familiar originales pasteles de embutidos, que se asemejan a los dulces de cualquier panadería pero están hechos con salchichas y fiambres.
El clásico de Anna Burkhardt es el pastel de salchicha blanca, hecho con estos embutidos, pan de centeno, queso blanco, perejil y mostaza dulce. Gracias al queso blanco cremoso, el colorante y la creatividad de esta mujer de 29 años, que en realidad estudió ciencias informáticas, sus creaciones se ven como tartas dulces.
Burkhardt vende sus pasteles en la carnicería familiar. Su marido Philipp es carnicero y maneja el negocio junto a su padre.
La idea para este emprendimiento surgió cuando unos amigos le pidieron para una boda una comida especial. Querían que se viera bonita, pero no fuera dulce, según cuenta Burkhardt. Así es como tuvo la idea de hacer un pastel de embutidos.
Las reacciones fueron dispares. «Algunos dijeron: ‘¡qué rico!’. Otros me dijeron que no los convencía tanto. Es realmente cuestión de gustos, te tiene que gustar o no», cuenta la original pastelera.
Los clientes pueden optar entre 19 variedades de embutidos y patés en combinación con cinco panes distintos o elegir ingredientes y decoraciones extra.
Los pasteles, de unos 20 centímetros de diámetro, cuestan 69 euros (71 dólares) y están decorados con rosas hechas con salame o queso, hojas de albahaca y flores comestibles. Según cuenta Burkhardt, hacer una torta le lleva alrededor de una hora.
«Es una bomba calórica», confiesa. «Digamos que no se bajará de peso si se come algo así», añade