SINC – En todo el mundo, la deforestación y la agricultura aumentan la erosión por encima de su tasa natural. Sin embargo, medir con precisión cuánto desgaste se debe a la naturaleza y cuánto al uso humano es una tarea difícil de medir para los geólogos.
Una investigación sobre los ríos estadounidenses Roanoke, Savannah o Chattahoochee, y otras siete grandes cuencas fluviales del sudeste del país, ha cuantificado por primera vez con precisión este tipo de erosión. El estudio se publica en la revista Geology.
«Los suelos se desmoronan cuando eliminamos la vegetación y después la tierra se erosiona rápidamente», dice Bierman
Los científicos hicieron un descubrimiento sorprendente: la tasa de erosión de laderas antes de la colonización europea era de alrededor de 2,5 cm por cada 2.500 años, mientras que durante el período de alteración del pico de la tierra –a finales de 1800 y principios de 1900– los niveles se dispararon a 2,5 cm cada 25 años.
«Esto supone un aumento de más de cien veces», dice Paul Bierman, geólogo de la Universidad de Vermont y codirector del trabajo junto con Lucas Reusser del mismo centro, y el geólogo Dylan Rood del Imperial College de Londres. «Los suelos se desmoronan cuando eliminamos la vegetación y después la tierra se erosiona rápidamente», añade Bierman.
Un «reloj» para medir la erosión
Los investigadores recogieron veinticuatro muestras de sedimentos de estos ríos y aplicaron una técnica innovadora para hacer sus mediciones. Primero extrajeron el berilio del terreno, un isótopo denominado berilio -10 –que cuanto menor es la tasa de erosión más se acumula–. Después, mediante un espectrómetro de masas del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, los geólogos midieron las cantidades que tenían las muestras lo que les dio como resultado una especie de «reloj para medir la erosión» durante largos períodos de tiempo.
El estudio muestra con precisión el gran efecto «que tuvo la colonización europea y la agricultura en el paisaje de América del Norte», apunta Rood. «La Tierra –añade– no regenera un suelo valioso para los cultivos lo suficientemente rápido como para reponerlo de la erosión de los seres humanos. Es un modelo insostenible si continúa».
Según Bierman, «podemos usar las tasas de erosión de berilio -10 como un objetivo para que las estrategias de conservación de los recursos sean exitosas, ya que se pueden utilizar para desarrollar políticas ambientales inteligentes y reglamentos que protejan los recursos del suelo y el agua amenazadas».