Dortmund (Alemania), 26 ene (dpa) – Jonathan nació con sólo 620 gramos de peso de forma prematura, sus órganos no estaban completamente desarrollados, no podía respirar por sí mismo y aún no tenía reflejo de succión. «Tenía miedo de que no sobreviviera. Estuvo intubado durante semanas, teníamos pocas esperanzas», cuenta su madre, Fonny Wilde, en el hospital de Dortmund.
La leche materna es especialmente importante para los bebés prematuros como Jonathan, y a veces es incluso vital para aquellos más débiles o enfermos. Y aquí es donde la cuestión suele resultar muy problemática.
Muchas madres no pueden dar el pecho, o no lo hacen inmediatamente. «Tenía mucho estrés. Jonathan era muy pequeño. Nació a las 25 semanas y mi producción de leche no funcionaba», cuenta esta mujer de 38 años. «Entonces recibió leche donada de otra mamá, me sentí muy aliviada», añade.
Hace diez años, la clínica pediátrica de Dortmund fue la primera de Renania del Norte-Westfalia en crear un banco de leche humana, y desde entonces muchos bebés se han beneficiado de él. Jonathan, por ejemplo, que ahora pesa 2.160 gramos, después de tres meses. El pequeño ya chupa el biberón con valentía. Sin embargo, sigue llevando un minitubo gástrico a través de la nariz por razones de seguridad.
Cuando los niños nacen muchas semanas antes de tiempo y no hay estimulación por la succión, la producción de leche de la madre no se pone en marcha, explica Dominik Schneider, jefe de la clínica pediátrica. «Las donaciones de leche están pensadas para que estas madres se liberen de la presión por el momento, de modo que quizá puedan seguir amamantando más adelante».
Por otro lado, hay madres que están enfermas o toman medicación y, por tanto, no pueden dar el pecho, indica. Si es posible, sus bebés también deben ser alimentados con leche donada.
Los que empiezan la vida con sólo unos cientos de gramos de peso al nacer son especialmente vulnerables. Piel, tracto gastrointestinal, pulmones: todos los órganos son aún inmaduros. Puede haber complicaciones y aumenta el riesgo de enfermedades, incluso mortales, explica Schneider, que asesoró la creación de bancos de leche en Hannover, Münster y Essen.
«La leche materna tiene un efecto protector» y contiene importantes enzimas y anticuerpos, señala.
En Dortmund, el suministro de leche humana está garantizado. Pero no es así en todas partes de Alemania, donde el suministro de leche donada no es suficiente. Actualmente hay 53 bancos de leche materna, al menos uno en cada estado federado, casi siempre adscritos a clínicas, como informa el pediatra Rudolf Ascherl, de la Iniciativa de Bancos de Leche para Mujeres (FMBI).
Crear un banco de leche, gestionarlo de forma sostenible y encontrar siempre suficientes donantes es difícil, según la FMBI. Una clínica de neonatología necesita espacio, personal y suele tener que recaudar los fondos ella misma. Como alternativa a la creación de más bancos de leche, existe cooperación entre las clínicas, para llegar a más bebés.
Los prematuros sólo necesitan unas gotas al principio, explica Sabine Senge, responsable del banco de leche de Dortmund. «Al principio, reciben una toma cada dos horas, de aproximadamente un mililitro». Eso son unas 20 gotas, que el bebé recibe a través de una sonda de alimentación. Luego el intervalo se amplía gradualmente a cuatro horas y cantidades algo mayores.
Jonathan y su madre podrán abandonar pronto el hospital. «Todavía no me funciona ponerle al pecho, pero al menos ahora tengo algo de leche propia». Le gustaría dejar una donación, pero no tiene suficiente. «Estoy muy agradecida -dice-. Jonathan crece día a día. Es mi pequeño milagro».
Por Yuriko Wahl-Immel (dpa)