El tercer trimestre de 2017 ha supuesto un nuevo hito negativo en la solicitud de préstamos para empresas según los datos publicados por el Banco de España. En total, se adjudicaron un 11,3% menos que en el ejercicio anterior. Así las cosas, la morosidad productiva cae a niveles anteriores a 2009. En total, el crédito empresarial se situó así en 577.451 millones de euros.
Por el contrario, los préstamos online para gastos particulares ganan protagonismo y peso específico. Todas las entidades concesionarias de créditos rápidos han abierto opciones de contratación de préstamos con ASNEF, la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito. A través de esta opción de operativa financiera, el acceso al crédito sin necesidad de largos procesos de negociación con los bancos y entidades de crédito se ha disparado respecto a los años precedentes.
Este patrón de concesiones crediticias es un reflejo de las dinámicas económicas de la sociedad. Así, mientras la empresa con un cierto asiento recela del endeudamiento para afianzar la producción y apuesta por agregar valor humano y tecnológico para alcanzar sus metas, a nivel familiar se produce un cambio de tornas.
A pesar de que los créditos y mini prestamos para conseguir dinero rápido han adquirido una mala imagen, especialmente tras el estallido de la crisis financiera en 2011, como apuntan desde miniprestamos.info, el nivel de endeudamiento de las familias crece, pero sin llegar a los límites sobrepasados en aquella etapa económica.
Desde el portal de información sobre mini préstamos rápidos, apuntan a que el ciudadano conoce más los riesgos que asume con cualquier operación crediticia. Ello se debe, en gran parte, a la obligación de informar con claridad de todos los productos bancarios que se ofrecen desde cualquier entidad de crédito.
El objetivo de esta legislación no es otro que el de evitar casos como los de las preferentes, productos financieros de alto riesgo vendidos a personas sin los conocimientos básicos necesarios para comprender el alcance básico de la inversión realizada.
El español y el crédito
¿Existen diferencias entre el crédito solicitado por un español hace diez años y ahora? ¿Qué inversiones requieren hoy el recurso a la financiación crediticia según los españoles?
Actualmente, los créditos inmediatos son mayoritariamente para consumos del instante. El español que recurre a este tipo de financiación para sus proyectos personales y su vida diaria asume únicamente aquellos préstamos que sabe que puede devolver en el momento que venza su vigencia.
El ciudadano de hoy valora positivamente las condiciones flexibles que ofrecen este tipo de entidades y no le importa pagar un coste más alto para disfrutar de esas ventajas que hace años no se ponían sobre la mesa de contratación.
Acciones como pagar las multas y sanciones económicas de gran valor, recurrir a los microcréditos para unas vacaciones familiares puntuales, o afrontar las reformas del hogar son algunas de las partidas mayoritarias a las que se dedican los préstamos.
Así, la empresas de reformas Bizkaia, Reformas Bilbao, reconoce que cada vez encuentran más casos en los que las reformas integrales Bizkaia se realizan bajo las condiciones de préstamo. La empresa de reformas en Bizkaia asegura que si bien hace un par de años los proyectos se postergaban, ahora comienzan a fluir toda vez que los mini créditos se consideran opciones factibles para llevarlo a cabo.
Por el contrario, en los años precedentes, los créditos financieros se solicitaban con vistas a proyectos de mayor calado familiar como la compra de la primera vivienda.
El porcentaje de solicitudes de préstamos para la compra de artículos tecnológicos, por su parte, se ha disparado en los últimos 10 años. En los años más duros de la crisis notó cierta reducción pero los tres últimos años ha vuelto a la senda del crecimiento.
Así, según el Barómetro de la Ilusión de Cofidis y GFK, relativo a 2015 y publicado en 2016, el 41% de los compradores de segunda vivienda utilizaron un crédito para afrontar la inversión, mientras que solo el 8% de los compradores de electrodomésticos hicieron uso de la opción del crédito para sufragar la compra.
En las décadas precedentes, los electrodomésticos fueron los grandes valedores para los créditos rápidos. Con la evolución tecnológica, esta dependencia se ha trasladado al ámbito tecnológico.
Televisores de grandes dimensiones y última generación, móviles de alta gama, y aparatos electrónicos de última generación copan el top de artículos para los que los españoles no dudan en solicitar un crédito. Si en los años sesenta el coche era un signo de poder adquisitivo y solvencia, hoy lo es la electrónica y la comunicación.
Radiografía socioeconómica
¿Quiénes están más predispuestos a la solicitud de un crédito? El estudio de la entidad crediticia y la empresa de investigación de mercados realiza una interesante radiografía del español solicitante de mini préstamos.
Así, el 32% de las mujeres encuestadas se muestra abierta a la contratación de un crédito para financiar un proyecto o satisfacer un capricho material. En el caso de los hombres, el porcentaje es muy similar (34%).
Casi el 80 por ciento de los abiertos a esta modalidad de financiación se encuentran entre los 25 a 45 años. Especialmente entre aquellos jóvenes con pareja estable, siendo la convivencia un factor impulsor de la demanda de crédito.
En todo ello, también influye el poder adquisitivo. El estudio demuestra que aquellos individuos en los tramos de edad y sexo antes dibujados con mayor nivel de ingresos, se muestran más proclives a la aceptación del crédito como vía para alcanzar nuevos deseos.
Los jubilados constituyen el grupo de edad menos favorable a utilizar el crédito como una fórmula para llevar a cabo nuevos proyectos.
Desde las asociaciones de entidades crediticias inciden en la necesidad de reflexionar antes de solicitar cualquier crédito sobre si se dispone de la capacidad para hacer frente a su pago y al pago de los costes de los intereses necesarios para dar por liquidada la deuda.
En este sentido, realizan especial hincapié en no acudir a un préstamo con intereses alto para pagar otras deudas, cuando se tenga la certeza de que no se podrá hacer frente al pago de la deuda y sobre todo, para caprichos innecesarios.