España goza de buena salud mental. Pero, ¿son los datos reales? En comparación con el resto de países europeos, las consultas en Atención Primaria y en los especialistas de Psiquiatría no llegan al nivel de nuestros vecinos.
Pese a que muchos pensaran que en la época de crisis empeorarían los casos de ansiedad y depresión, lo cierto es que no ha podido demostrarse un crecimiento significativo de en consulta pese a que en los últimos tres años volvió a aumentar el porcentaje de pacientes en busca de ayuda.
El rango de edades con más afectados por cualquiera de los trastornos psicológicos reconocidos como tal se sitúa entre los 45 y 54 años, que representan hasta el 22% de los enfermos.
Aunque el estigma social ya está más que superado, lo cierto es que los nombres de algunas de las dolencias más comunes siguen dando algo de miedo entre los que no tienen la información de ellas.
Esquizofrenia: con más de 600.000 pacientes esquizofrénicos en nuestro país, según la Asociación Española de Psiquiatría, es vital apoyar sus proyectos de vida en el medio y largo plazo. Su sintomatología, basada en los delirios, alucinaciones, poca respuesta afectiva e incluso una apatía por todo el entorno dificultaba en el pasado su integración en la sociedad. Sin embargo, los avances han hecho que cada vez el diagnóstico sea más precoz y, con ello, evitando la merma en sus capacidades sociales.
Psicopatías: Las cifras en este campo asustan bastante si no se conoce lo que significa esta patología. Según Iñaki Piñuel, profesor de la Universidad de Alcalá, nuestro país cuenta con hasta seis millones de psicópatas contando los puros, los normalizados o los integrados. Eso no significa que existan seis personas dispuestas a cometer un asesinato, sino que en esta nomenclatura entran también los narcisistas, malvados, personas incapaces de crear vínculos o empatía con sus parejas o familiares pero con una imagen intachable de cara al exterior o incluso los manipuladores.
Depresión: de muy difícil diagnóstico en algunos casos, se estima que en España el 5% de la población la sufre. Este tipo de dolencia puede llegar incluso al suicidio de quien la padece cuando es extrema. La profunda tristeza con la que necesitan convivir les complica en exceso el llevar una vida normal y disfrutar de cualquier faceta social.
Ansiedad: suele presentarse como estado previo a la depresión en un alto porcentaje y tiene mucho más que ver con las presiones sociales y laborales que con un sentimiento intrínseco de la persona. Hasta un 40% de la sociedad española ha declarado haber sufrido ansiedad, una cifra que sorprende sobre el papel pero que es puerta para que se complique con la caída en vicios como las drogas o el alcohol en busca de una virtual superación de la situación. El estrés suele causarla y cada vez son más los que llegan a consulta buscando ayuda para superar ese momento puntual.
Trastorno bipolar y trastorno obsesivo compulsivo: Según las asociaciones dedicadas a este tipo de trastornos, podría haber más de un millón de bipolares y hasta un 2.5% de los españoles podrían sufrir también un trastorno obsesivo compulsivo. El primero mencionado se dice que en muchos casos es mal diagnosticado y puede incluso confundirse con la previamente mencionada depresión. Las oscilaciones en el estado de ánimo no siempre se detectan en el entorno como tales. En cuanto al obsesivo compulsivo, sus variantes con la limpieza, el orden, el control o los pensamientos no deseados parecen más que controlables a través de la farmacología después de su diagnóstico.