Competir es una acción inherente al ser humano. Tanto si el objetivo es el de superarse a uno mismo, como si un torneo de fútbol se presta inmanentemente a ello. Pero, tras la competición, existe una historia de esfuerzo y sacrificio que, antes de culminar en el campo de juego, la organizadora de eventos deportivos ESEI conoce bien de cerca.
Puro fútbol, pura vida
Más que un deporte, el futbol es casi un aliento de sangre en la anatomía cultural de España. Miles de hinchas hacen temblar las gradas vitoreando un gol o maldiciendo una derrota en el terreno de juego. Millones de telespectadores sienten su energía irrumpiendo en sus hogares. Y con ello, no es de extrañar la ingente presencia de jóvenes de todas las edades en este ámbito deportivo. Tanto si su objetivo es el de alcanzar la élite a base de sudor y esfuerzo, como el de sentir todo ese vigor atlético en el futbol base. Una categoría futbolística cuyos torneos tienen de emoción lo mismo que requieren de perseverancia.
El futbol base en nuestro país ha ido ganando cada vez más presencia, tomando por ejemplo el torneo de fútbol base en Asturias Xixon ESEI Cup de ESEI EVENTS. Un evento deportivo organizado por Euro Sport Event International que tendrá lugar del 24 al 27 de junio de 2021 en la localidad asturiana de Gijón. Contando con algunos de los equipos más potentes del mundo, el torneo se disputará en primer lugar mediante una fase de grupos, donde los participantes se enfrentarán entre sí hasta pasar a las eliminatorias. Con sus respectivos premios al campeón y subcampeón, al máximo goleador y al mejor jugador de dicha categoría.
Asturias cuenta con más de 300 clubes
ESEI es una empresa de gran reputación en el mundo de la organización de eventos deportivos que, basándose en la atención, la calidad, el esfuerzo y el trabajo en equipo, trabaja para aportar una formación integradora y abierta a cualquier cliente. Incardinar a los más jóvenes en el frenético universo futbolístico no es tan sólo una cuestión de fomento del ejercicio físico y de la competitividad. Se trata de una vía útil y tangible para hacer que los jugadores, además de en el deporte, conozcan sus propios límites y aprendan a superarlos a través de la dedicación y del trabajo duro. Como plantea ESEI, un esfuerzo dirigido a crear “la mejor experiencia deportiva”.
Con ello, ESEI también incluye la formación profesional de jugadores individuales en sus servicios. Una opción en estancias de 3, 6 o hasta 10 meses con la que, bajo específicos entrenamientos de tecnificación, y adaptándose a las necesidades de cada jugador, pueda también aprender idiomas gracias a la internacionalidad tanto de las formaciones, como de los eventos. Y es que justamente esa es o debería ser la base del buen futbol. Un espacio de competición de alto rendimiento donde cada atleta, además de sacar lo mejor de sí mismo, sea capaz de reconocer en su compañero y su adversario el mismo sacrificio y, por ello, asociar el futbol al respeto.
Un deporte que precisamente en Asturias guarda una asombrosa relevancia. Con más de 300 clubes inscritos en la Real Federación de Fútbol del Principado de Asturias y con más de 400 partidos disputados cada fin de semana. Prácticamente, haciendo del fútbol un evento alejado de los acontecimientos extraordinarios del día a día e integrándolo por completo en el mismo ADN de la sociedad asturiana. Por tanto, elevando los torneos futbolísticos como el de Xixon ESEI Cup a la categoría de indispensables. Y por ello, como marca el evento, ofreciendo la posibilidad de realizar actividades adicionales durante el torneo como visitar los míticos estadios de El Molinón o de Carlos Tartiere, así como jugar partidos amistosos contra equipos locales.
Del cuerpo y de la mente en el torneo y el entreno
Con todo, ESEI no sólo proporciona interesantes acontecimientos deportivos como el mencionado torneo, sino participa de las oportunidades de profesionalización de los jugadores más prometedores. Con el ejemplo del Draft de fútbol, y bajo un método propio, a fin de captar jugadores de 11 a 23 años a nivel nacional e internacional y contribuir a su mejora deportiva y a su desarrollo personal. En este último punto, cabe marcar que convertirse en una fiera máquina del balón no se consigue tan sólo trabajando el músculo. Sino que la mente, la agilidad y los reflejos deben formar con el cuerpo un binomio perfecto de energía y premeditación. Algo que, además del don, sólo se consigue mediante una dedicada formación.
Entrenar para abordar el fútbol es disciplinar el cuerpo y la propia mente, echarse a los leones en el campo, aunque sea un simulacro, y acabar temblando, pero sabiendo que algo funcionó durante esa prueba. Que no sólo la cabeza y el espíritu formaron parte del proceso, sino que alguien veló para que cada pase, cada chute, cada gol y, sobre todo, cada derrota signifiquen algo y se rijan por un doble fondo. Por un lado, la misma tensión muscular que electriza la pierna para que corra, patee y venza. Y por otro, esa descarga inenarrable de belleza que los buenos torneos forjan cuando, a pesar del resultado, las manos se encajan las unas con las otras en un maravilloso epílogo.