Un estudio publicado durante la semana revela que los árboles reducen casi en nueve grados el calor urbano en varias ciudades de España.

La medición de temperaturas realizada por el pasado 20 de septiembre en 24 capitales de provincia y 44 municipios españoles confirmó el papel fundamental que juegan los árboles y los pavimentos permeables para combatir el calor extremo en las zonas urbanas. La medición de temperaturas realizada por un grupo de organizaciones ambientales el pasado 20 de septiembre en 24 capitales de provincia y 44 municipios españoles confirmó este lunes «el papel fundamental que juegan los árboles» y «los pavimentos permeables» para ·combatir el calor extremo» en las zonas urbanas.
Este estudio abarcó más de 150 zonas de medición diferentes, con tomas de temperatura realizadas a las 8:00, 17:00 y 23:00 horas gracias a la participación de voluntarios. Las mayores diferencias se registraron entre las denominadas zonas ‘Infierno’ (pavimento artificial sin sombra) y ‘Paraíso’ (pavimento natural sombreado), alcanzando hasta 8,5 grados de diferencia en Pozuelo de Alarcón (Madrid) durante la medición matinal.
40% DE NOCHES TÓRRIDAS
Durante la tarde, las diferencias fueron aún más notables en algunas localidades, con Chiclana (Cádiz) registrando una variación de 7 grados entre ambas zonas. Los datos confirmaron que aproximadamente el 40% de las noches tórridas, con temperaturas superiores a 25 grados, se produjeron en las zona ‘Infierno’.
Asimismo se demostró que «las zonas con pavimento artificial actúan como islas de calor», reteniendo la temperatura durante la noche y «siendo incapaces de disipar el calor acumulado durante el día».
El estudio define como ‘Paraíso’ los espacios con suelo natural permeable y arbolado denso, mientras que las zonas ‘Intermedias’ cuentan con pavimento duro pero sombreado, y los ‘Infiernos’ combinan superficies impermeables sin ninguna protección solar.
MÁS DE CINCO GRADOS EN VARIAS CIUDADES
Las mediciones revelaron diferencias significativas en ciudades como Murcia, Chipiona, San Antonio Benageber y Valladolid, donde la variación térmica entre zonas superó los cinco grados durante la tarde.
Los expertos señalaron que el confort térmico depende de múltiples variables, siendo la temperatura radiante del suelo una de las más fáciles de controlar mediante la reversión de la impermeabilización característica de las zonas urbanas.
Además, la vegetación urbana requiere décadas para desarrollarse plenamente, por lo que los especialistas recomiendan actuar simultáneamente sobre el tipo de pavimento y la cobertura arbórea para maximizar los resultados.
Los organizadores valoraron positivamente «la amplia participación ciudadana en esta iniciativa», que permitió obtener datos precisos sobre el comportamiento térmico de diferentes espacios urbanos. Gracias a las mediciones comprobaron en la necesidad de «implementar estrategias de renaturalización urbana como medida efectiva contra el calor extremo en las ciudades españolas».
De otro lado, los especialistas en urbanismo sostenible presentaron este lunes nuevas evidencias sobre «la importancia de controlar la temperatura del aire» mediante medidas de renaturalización urbana, aunque advirtieron de que se trata de «un proceso que no ofrece resultados inmediatos».
Según los datos recabados, la segunda variable climática más relevante en el entorno urbano es la temperatura del aire, que puede regularse a través de la implementación de árboles, arbustos y herbáceas en pueblos y ciudades. Sin embargo, los expertos subrayaron que estos elementos vegetales presentan largos procesos de crecimiento que pueden prolongarse entre 20 y 30 años hasta hacerse plenamente efectivos.
LLAMAMIENTO A LA ACCIÓN
Por consiguiente, los resultados obtenidos animan tanto a las personas como a las organizaciones participantes a intensificar sus reclamaciones «en favor de la reforestación urbana». Asimismo, los datos respaldan la necesidad urgente de sustituir los pavimentos artificiales, especialmente aquellos elaborados con granito, por suelo natural que permita una mejor regulación térmica.
Los investigadores insistieron en que hay tener presentes estas conclusiones a la hora de planificar las intervenciones urbanas futuras, dado que la elección de materiales puede determinar significativamente el confort térmico de los espacios públicos durante las próximas décadas.