(dpa) – Los accidentes cerebrovasculares (ACV) no solo afectan a las personas mayores. Entre el 10 y el 15 por ciento de los afectados tienen menos de 55 años, según la Sociedad Alemana de Accidentes Cerebrovasculares (DSG).
Parálisis en una mitad del cuerpo, trastornos del habla o mareos pueden ser indicios de un ACV. En un ictus, el cerebro deja de recibir suficiente oxígeno porque un vaso sanguíneo está obstruido o se ha roto. Pero, ¿quién corre mayor riesgo a una edad relativamente temprana?
Factores de riesgo: píldora, tabaquismo, migraña con aura
Según la DSG, las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los hombres. Especialmente la combinación de tomar la píldora anticonceptiva, fumar y sufrir migraña con aura aumenta el riesgo. Y, por supuesto, también los factores de riesgo que intervienen en muchas enfermedades: poco ejercicio, obesidad e hipertensión.
Pero el estilo de vida no siempre es el factor de riesgo decisivo en el caso de un accidente cerebrovascular. Especialmente entre los más jóvenes -los que tienen entre 18 y 35 años-, la causa suelen ser defectos cardíacos, factores genéticos o roturas en los vasos sanguíneos de la cabeza o la arteria carótida.
Las probabilidades de supervivencia son buenas
Pero hay una buena noticia: las probabilidades de sobrevivir a un ictus son en los más jóvenes mucho mejores que en las personas mayores, siempre y cuando reciban ayuda rápidamente.
Algunos síntomas de ACV son la dificultad para encontrar palabras, las alteraciones visuales y los dolores de cabeza repentinos. Una marcha tambaleante o una cara contorsionada de un lado pueden indicar la parálisis de una mitad del cuerpo, lo que es típico en un ictus.
Según la DSG, las siguientes preguntas ayudan a clarificar la situación: ¿Puede la persona sonreír con ambas comisuras de los labios? ¿Puede levantar ambos brazos a la misma altura y girar las palmas hacia arriba? ¿Puede hablar con claridad? Si no es el caso, hay que llamar a emergencias cuanto antes.