Berlín, 14 sep (dpa) – El extenista alemán Boris Becker pasó 231 días en una prisión británica tras ser declarado culpable de una quiebra fraudulenta, un periodo que ha dado lugar a un libro, «Inside» (Dentro), del que habla en una entrevista concedida a dpa.

Antes de entrar a la sala junto a su mujer, Lilian, pide fumarse un purito a solas, lo que da pie a la primera pregunta.
Pregunta: El purito, señor Becker. ¿Cuánto lo ha echado de menos?
Respuesta: No solo el purito. Cuando a uno le quitan la libertad, no se puede imaginar antes cómo es. No solo se echa de menos el purito, sino también el contacto cercano con los seres queridos.
Pregunta: ¿Hay algo que haya aprendido de este tiempo?
Respuesta: Sí, muchas cosas. Reflexioné mucho sobre las razones por las que acabé en la cárcel, cuáles fueron los errores, cuándo tomé el camino equivocado. Han pasado dos años y medio desde mi puesta en libertad y mi mujer y yo vivimos en Italia desde abril de 2023. Podemos estar un poco orgullosos de cómo estamos hoy en día.
Pregunta: ¿Hay algo de lo que pueda decir: «Han sido dos, tres, cuatro lecciones que recuerdo cada día»?
Respuesta: Me he vuelto extremadamente cauteloso con las personas. Antes era muy sociable y dejaba entrar a cualquiera. Ahora ya no es así. Soy muy cauteloso y solo tengo un pequeño círculo de amigos. Y creo que eso no va a cambiar tan pronto. He aprendido la lección.
Pregunta: ¿Cómo se sabe qué personas hacen bien?
Respuesta: Cada uno debería mirar a su propio círculo de amigos y averiguar quién está fuera de lugar. ¿Quién se ha quedado, quién apoya y quién no? Muchos me dieron la espalda y luego no tenían tiempo o ganas, o no querían lidiar conmigo, y está bien así.
Pregunta: ¿Quién es Boris Becker después de la cárcel?
Respuesta: Creo que he reflexionado: ¿qué me distinguía como tenista? ¿Cuáles eran mis puntos fuertes? ¿Cuáles eran mis cualidades? ¿Cuáles eran mis puntos débiles? Y creo que mentalmente he vuelto a la época en la que jugaba bien al tenis, cuando mi vida iba bien.
Pregunta: ¿Qué tan delgada es la línea entre que la cárcel pueda destruir a alguien y volver a tomar conciencia de las antiguas fortalezas?
Respuesta: La mentalidad carcelaria afecta a la psique. La cárcel es un castigo por los errores que se han cometido. Duele mucho y, a veces, incluso es peligroso. Quien diga lo contrario, no tiene ni idea. Pero eso se puede superar, con la ayuda de la familia y los buenos amigos. No creo que mi estancia en prisión me haya causado ningún daño.
Pregunta: Antes de ingresar en prisión, se había formado una idea a partir de las películas. ¿Cómo las ve ahora?
Respuesta: Con otros ojos. Ese largo tiempo que se pasa solo en la celda es lo peor. No cuando se está trabajando o cuando se tiene algo que hacer con otros reclusos, sino simplemente ese largo tiempo solo en la celda. Eso es lo brutal. Pero eso nunca aparece en las películas.
Pregunta: En la cárcel hay personas que han cometido delitos muy diferentes. ¿Cómo se afronta eso?
Respuesta: Lo sorprendente era que no había diferencias. Un delincuente económico estaba junto a un asesino, y un asesino junto a un pedófilo, y un pedófilo junto a un traficante de drogas. No se distingue el delito que se ha cometido. Eso me asustó, no lo esperaba.
Pregunta: ¿Esa sensación desapareció en algún momento?
Respuesta: Es como con todo: nos acostumbramos a todo, incluso a los peores momentos. Hay que dejar de juzgar o condenar a las personas. Todos sufrimos lo mismo, la soledad de la celda. Todos comemos lo mismo, todos tenemos el mismo aspecto. No hay diferencias.
Pregunta: Usted es una figura pública. Eso significa que la gente le ha juzgado y le ha condenado. Dice que Alemania se regodeó con sus problemas. ¿Tuvo esa sensación solo durante el proceso?
Respuesta: ¡Soy una persona pública desde el 7 de julio de 1985 (la primera victoria en Wimbledon), así yo lo quiera o no! Los desconocidos me juzgan y me evalúan, independientemente de si realmente me conocen. Soy popular entre algunos e impopular entre otros, en parte por la misma razón. He aprendido que no puedo complacer a todo el mundo y vivo mi vida. En el extranjero se me percibe de otra manera.
Pregunta: ¿Se imagina volver a vivir en Alemania?
Respuesta: Respuesta breve: no. Por supuesto, esto también tiene que ver con el deseo de tener una vida privada, así como con el deseo de no tener que leer cada semana algo sobre mí, ya sea bueno o malo, da igual. Y creo que con Italia hemos tomado una muy buena decisión.
Pregunta: En el libro escribe sobre su difícil situación económica tras su encarcelamiento. Dos años y medio después, ¿cómo describiría su situación actual? ¿Está donde quiere estar en este momento?
Respuesta: Desde el 27 de abril de 2024 ya no estoy en quiebra. Tengo que trabajar duro para ganarme la vida. No he heredado ni recibido nada. Pero no me quejo, mi situación económica ha mejorado.
Pregunta: Ahora le espera otra tarea: va a ser padre otra vez.
Respuesta: Intento, quizá a diferencia de antes, mantener mis asuntos privados en privado, es decir, no lo comparto todo con el público.
Pregunta: ¿Todavía juega al tenis de vez en cuando?
Respuesta: Sí. A mi mujer le gusta jugar, aunque ahora mismo es más difícil, pero le gusta mucho y quiere jugar con su marido. Mis hijos mayores estuvieron hace poco en Milán y también querían jugar al tenis con papá. Hay excepciones en las que vuelvo a sacar la raqueta.
Pregunta: ¿Y qué tal se le da todavía?
Respuesta: Creo que todavía le ganaría a usted. Creo que ganaría a cualquiera de los que están en esta sala.
SEMBLANZA
Boris Becker es uno de los alemanes más famosos del mundo. En 1985, con solo 17 años, ganó el torneo de Wimbledon, un éxito que, según él mismo afirma, marcó su vida. Le siguieron muchos otros éxitos, hasta un total de seis títulos en torneos de Grand Slam. Tras retirarse, Becker siguió apareciendo en público. En abril de 2022 fue condenado en un tribunal de Londres por no haber declarado correctamente sus activos en un procedimiento de quiebra. Pasó 231 días en prisión.
Por Jan Mies y Julia Kilian (dpa)