Kiev, 27 may (dpa) – La próxima temporada comenzó para el Real Madrid apenas diez minutos después de ganar en Kiev su tercera Liga de Campeones consecutiva, justo en el momento en el que Cristiano Ronaldo y Gareth Bale pusieran en duda su continuidad en el equipo blanco para sorpresa de todos.
De repente, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, se encontró con dos «patatas calientes» cuando lo que tocaba era celebrar, un sonoro desafío para un mandatario que odia cualquier pulso que un jugador inicia contra el club.
La diferencia entre este Pérez y el de hace 18 años, cuando ganó por primera vez las elecciones a la presidencia del Real Madrid, es que ahora es más cínico y más tranquilo. «Tiene contrato en vigor», fue todo lo que dijo cuando le comentaron las palabras de Cristiano Ronaldo.
El portugués había soltado la «bomba» cuando sus compañeros festejaban la decimotercera Copa de Europa. «Fue muy bonito estar en el Madrid. En los próximos días daré una respuesta a los aficionados, que ellos sí siempre han estado a mi lado», dijo a los micrófonos de Bein Sports.
Nada hacía indicar ese desafío de Cristiano Ronaldo. Tampoco ese «ellos sí han estado siempre a mi lado» en relación a los aficionados, una frase que escondía otra cosa: ¿Quién no está a su lado? Pérez, entiende la mayoría.
Y después llegó Bale, el insospechado héroe de Kiev. Fue otra vez suplente, jugó la última media hora y marcó dos goles, uno de ellos absolutamente espectacular y que inmediatamente dio la vuelta al mundo.
«Obviamente, necesito jugar de forma más regular. Al principio de temporada, tuve una lesión, pero duró unas cinco semanas y, desde entonces, estoy bien. Estoy decepcionado por no haber jugado más. Ahora me tengo que sentar con mi agente a ver mi futuro», afirmó al canal británico BT Sport.
Hace semanas que Bale transmite distanciamiento al comprobar su papel de suplente en el equipo blanco. Dejó de ser titular para Zinedine Zidane. Lo que nadie pensaba es que el galés tardara tan poco tiempo en explotar, y menos después de su exhibición en Kiev.
Ahora el Real Madrid, con Pérez a la cabeza, no sólo debe preocuparse por cómo mantener intacta el hambre de sus jugadores después de saciarse con tres Ligas de Campeones consecutivas, sino intentar convencer a dos de sus principales estrellas, sus dos mejores goleadores, de que sigan en el equipo. Si es que éstos quieren.
Lo de Cristiano Ronaldo, atosigado por un juicio por presunto delito de evasión al fisco español, parece ser cuestión de dinero, aunque el portugués lo niegue. Lo de Bale, cuestión de unos minutos que Zidane no le garantiza. Le pasó algo parecido a James Rodríguez la pasada temporada y el colombiano acabó en el Bayern Múnich.
Mientras, el club blanco también debe plantearse la incorporación de futbolistas que eleven su nivel competitivo, algo que no lograron las incorporaciones del último año. Todas ellas -Theo Hernández, Marcos Llorente, Jesús Vallejo, Borja Mayoral y Dani Ceballos- apenas tuvieron minutos esta temporada.
El Real Madrid festejará hoy con sus hinchas en la capital de España la asombrosa conquista de su tercera Liga de Campeones, pero para el club será el primer día de su nueva temporada. Se avecinan semanas y meses de duro trabajo en las oficinas del rey de Europa.
Por Alberto Bravo (dpa)