SINC – En las últimas décadas muchos organismos, tanto plantas como animales, han experimentado un notable adelanto en la fecha en la que ocurren muchos de sus procesos vitales –como su reproducción, migración o floración–, atribuido al impacto del cambio climático.
Un artículo, publicado en la revista Ecology, examina los efectos que estos cambios en la fecha de reproducción tienen sobre los ciclos de vida de los anfibios.
“Examinamos concretamente si cambios en la fecha de reproducción de una especie común de anfibio del norte de Europa, Rana arvalis, pueden condicionar el crecimiento y desarrollo de sus crías”, declara a Sinc el investigador español Germán Orizaola de la Universidad de Uppsala (Suecia) y coautor del estudio.
Sus resultados revelaron que las hembras de rana tienen la capacidad de influir tanto en la tasa de crecimiento como en el desarrollo de sus crías, y lo ajustan en función de la fecha en la que se han reproducido.
Según Orizaola, “el mecanismo por el que las hembras de rana pueden condicionar el crecimiento de sus larvas podría deberse a que genes asociados al mantenimiento de su reloj biológico son transferidos a los embriones y se encuentran activos incluso antes de la fertilización. Este hecho dotaría a las larvas de información precisa acerca del avance de la temporada de crecimiento”.
Cuanto más tarde nacen, más rápido crecen
Una de las características asociadas al cambio climático es un aumento de la variabilidad interanual de las condiciones climáticas, con lo que los organismos están expuestos también a una mayor incertidumbre a la hora de determinar el tiempo adecuado en el que reproducirse. De ahí que la existencia de mecanismos de ajuste en las tasas de crecimiento y desarrollo en función de la variación en las fecha de comienzo de la reproducción sea altamente ventajosa para muchas especies.
En concreto, en este estudio observaron que al hacer un experimento retrasando la fecha de reproducción –que simulaba un momento de inestabilidad ambiental– el resultado fue una reducción equivalente del período de crecimiento de las larvas. “Es decir, cuanto más tarde se reproduce esta especie de rana, más rápido se desarrollan las larvas”, aclara el científico.
Un aspecto interesante del trabajo es que la aceleración en el crecimiento se produjo bajo condiciones constantes de laboratorio. “Las larvas –añade Orizaola– no estaban expuestas a ninguna señal exterior que indicase el transcurso de la temporada de crecimiento”.
“Este resultado es muy novedoso y demuestra que la aceleración en el desarrollo de las larvas está condicionada por las hembras reproductoras, lo que revela la existencia de un ‘efecto transgeneracional’, en el que los adultos reproductores son capaces de alterar aspectos claves del ciclo de vida de las siguientes generaciones, para que estén mejor preparadas para hacer frente a las condiciones ambientales que van a experimentar”, concluye el experto.