(dpa) – Cuando hace calor, lo más común es que las personas en todo el mundo recurran a bebidas refrescantes que les quiten la sed. Casi todos los países cuentan con un «trago secreto» popular. En algunos casos se trata de bebidas tradicionales, en otros de creaciones más nuevas. Aquí, un viaje veraniego alrededor del mundo a través de hierbas, infusiones y sodas:
Tailandia: el té helado conocido como cha yen es uno de los preferidos de los tailandeses, que lo toman bien dulce para refrescarse a lo largo de las temperaturas cálidas de todo el año. Esta famosa bebida fría puede conseguirse en todos lados, desde Bangkok hasta Phuket.
Su color es inconfundible: el thai ice tea es de un naranja fuerte. Para prepararlo, se mezclan en un vaso té negro con anís estrellado, cardamomo, tamarindo y agua de azahar, lo que le brinda al té notas únicas. Luego se lo mezcla con una buena cantidad de azúcar y leche condensada endulzada y se lo pasa a otro vaso con hielo picado.
Con su perfecto equilibrio entre cremosidad, sabores especiados y dulzura, esta revitalizante mezcla hace las delicias no solo de los lugareños, sino también de los turistas.
En Tailandia también hay otra bebida de colores llamativos: la butterfly pea soda. Esta bebida, que está de moda, brilla en tentadores colores lila y azulados y se prepara con la planta Clitoria ternatea (campanilla). Entre otras cosas, se le atribuyen propiedades relajantes, pero al parecer tiene también otras ventajas para la salud. En el sureste de Asia se la suele emplear en bebidas y platos. Como soda, la butterfly pea es muy refrescante gracias a su nota herbal.
Nueva Zelanda: la bebida lemon and paeroa, o más corto L&P, es «mundialmente conocida en Nueva Zelanda», como reza el simpático slogan publicitario de esta bebida creada en 1907. Está hecha con jugo de limón y agua mineral gasificada de la pequeña localidad de Paeroa, en la Isla Norte.
Esta bebida tiene un sabor único, que junto con su nota cítrica aporta un balance perfecto entre dulce y ácido. La L&P, que se vende en una botella marrón con una etiqueta amarilla, también se usa en combinación con bebidas alcohólicas. En Paeroa, esta mezcla de culto incluso cuenta con un monumento de siete metros de alto.
El eslogan «mundialmente conocido en Nueva Zelanda» se convirtió en tanto en una frase de uso extendido para describir las cosas que son comunes en todo el país del Pacífico pero no le dicen nada al resto del mundo.
Sudáfrica: en esta temporada, están de moda en la turística Ciudad del Cabo los cócteles con infusiones de plantas locales. Un clásico es el table mountain, un cóctel con brandy con un chorro de vermut fabricado en la región. A esto se le añaden menta, cardamomo, jugo de lima, bitter de naranja, jarabe de rooibos y una infusión amarga de hojas de fynbos, los arbustos típicos del cabo de África.
La bebida se sirve con una capa de espuma que simboliza las nubes de la Table Mountain, la montaña típica de la ciudad, y está decorada con flores silvestres comestibles. «Los aromas de las plantas locales están muy de moda, no sólo del fynbos, sino también de la suculenta africana Portulacaria, de la flor de saúco y de la centaurea», dice Michael Tonderai, barman del bar de cócteles Cause Effect, desde donde se puede admirar la puesta del sol sobre la Table Mountain.
Grecia: cuando los griegos escuchan la palabra submarino («ypovríchio» en griego), en lo primero que piensan desde Atenas hasta Alexandroupolis es en un vaso con agua helada con una cuchara con una pasta gruesa sumergida en su interior. Para preparar esta pasta se mezclan azúcar y vanilla con almáciga, la resina del lentisco, que se cultiva en la isla de Quíos.
Esta resina tiene un sabor bastante particular, justamente resinoso. Se disuelve al revolverla lentamente en un vaso con agua fría, aunque para refrescarse en las tardes de calor griegas, algunos golosos la chupan directamente de la cuchara y se toman luego el vaso de agua fría.
Israel: a los israelíes les gusta tomar una bebida gaseosa dulce conocida como gazoz en los días calurosos de verano. En Tel Aviv se consigue una nueva versión de moda de esta tradicional limonada frutal, que mezcla frutas fermentadas con hierbas frescas, hielo, agua mineral y especias.
En el puesto de Benny Briga en el mercado Levinsky, en el sur de la ciudad, cada trago es una creación única. Por su sabor, esta bebida recuerda un poco a la kombucha, un té fermentado. Pero lo especial de la gazoz que se toma en Tel Aviv son los hermosos arreglos de flores y hierbas frescas con los que se sirve en un vaso, casi como si se tratara de un florero.
España: los turistas que visitan España suelen pedirse una cerveza bien fría o una sangría en los calurosos días del verano, se encuentren en Mallorca o Madrid. Pero los españoles tienen otra bebida favorita, el tinto de verano. Esta bebida fue creada hace unos 100 años en Córdoba, en Andalucía. No solo es refrescante, sino que en los días de mucho calor sienta mejor que un vino sin diluir.
¿La receta? Muy simple. Solo hay que mezclar medio vaso de vino tinto con medio vaso de limonada gasificada. Añadir algunas rodajas de limón o naranja y cubitos de hielo, ¡y listo! La diferencia con la sangría es que esta suele prepararse con frutas, jugo y muchas veces otro alcohol, y es claramente más dulce.
Filipinas: el postre más famoso y colorido de este país es a la vez un trago. Se trata del halo-halo, algo así como «mix-mix» en español.
Para elaborarlo, se cubren frutas dulces como bananas o tiras de coco, judías mungo o rojas confitadas y trozos de gelatina roja y verde con un granizado. Todo esto es recubierto con leche condensada y con leche flan (la versión filipina de la crème caramel) o con helado de ñame morado y se espolvorea con arroz joven tostado.
Luego se mezclan todos estos ingredientes (de allí su nombre). El líquido espeso que queda en el vaso se bebe y las frutas y judías se comen con la cuchara. Los ingredientes varían de región en región.
India: el jugo de la caña de azúcar es muy popular en la India, donde en algunos lugares puede hacer más de 40 grados de calor. Pero este jugo verde también es apreciado por muchas personas en otros países asiáticos. Se lo puede encontrar por todas partes en los bordes de las carreteras, donde los vendedores lo preparan directamente en el lugar.
Para ello, exprimen la caña de azúcar con una máquina que funciona con gasoil y luego añaden limón, jengibre, un poco de sal y hielo. El hielo no suele ser del todo higiénico, pero hace que la bebida sea aún más refrescante. Los residuos de la caña de azúcar se venden luego a las granjas, donde acaban comiéndolos las vacas y otros animales.
Túnez: en los calurosos meses de verano, se puede encontrar en cada esquina de Túnez una bebida tradicional dulce y ligeramente amarga: la citronnade (limonada). Esta limonada no solo quita la sed de forma eficaz, sino que muchos de sus amantes también consideran que acarrea beneficios para la salud.
Según los tunecinos, la citronnade refuerza el sistema inmunitario, reduce la presión arterial y regula la digestión. Algunos juran que esta bebida de color amarillo algo turbio también adelgaza. Sin embargo, esta bebida, hecha con puré de limones, sus cáscaras y agua sin gas, también contiene azúcar.
Hay dos bandos en el país a la hora de prepararla: unos hierven primero la mezcla de limón, los otros no. Unas hojas de menta o almendras le dan el toque final a esta bebida filtrada, que se consume helada.
Por Carola Frentzen y los corresponsales de dpa