(dpa/tmn) – Los coches con motores de combustión interna han cambiado poco en las últimas décadas. Si bien son más rápidos y más seguros, la técnica en realidad sigue siendo prácticamente la misma. Los vehículos eléctricos del futuro podrían ser diferentes.
Al prescindir de una serie de componentes mecánicos y térmicos como el motor, el radiador y el caño de escape, los ingenieros vuelven a tener un espacio. «Hay muchas posibilidades de desarrollar una nueva arquitectura del vehículo y un nuevo diseño», señala Paolo Tumminelli, profesor de diseño en la Universidad Técnica en la ciudad alemana de Colonia.
Pero al igual que hace 150 años cuando un motor eléctrico reemplazó al caballo en el carruaje, pero sin cambiar su estética, en los próximos años la transformación óptica del vehículo tampoco va a ser tan notoria.
«Desde la perspectiva actual, el desarrollo hacia un nuevo diseño será lento. Recién en diez años tal vez veamos un automóvil completamente nuevo», sostiene el experto.
No sólo el modo de propulsión del auto afectará su apariencia. También lo hará la conducción autónoma.
Un auto autónomo libera al conductor a ocupar un lugar específico. «Es probable que entonces el automóvil venga con asientos totalmente reclinables», vaticina Tumminelli. «Tal vez incluso los niños vayan en coche a la escuela sin la compañía de sus padres u otros adultos. O las personas mayores solas al médico», señala.
«La forma ya no dependerá de la técnica sino que se adaptará a los gustos y costumbres», añade.
Es poco probable que se establezca una forma estándar, como hoy en día pasa con los teléfonos inteligentes. Más bien, los diseñadores podrán disfrutar de una alta libertad conceptual y creativa. Las regulaciones que afectan en la actualidad el diseño, como por ejemplo la protección de los peatones, pueden ser redefinidas.
¿Qué pasa si ya no suceden más accidentes porque todos los usuarios están conectados en red y se advierten entre sí de posibles coalisiones?
El auto entonces podría ser más liviano y tanto los airbags como la protección lateral contra impactos serían innecesarias. Y eso posibilitaría un nuevo diseño del capó y de otras partes del auto.
En el BMW i3 la batería está en la parte de abajo del auto, lo que abre nuevas posibilidades para el diseño interior del coche, dice Domagoj Dukec, jefe de diseño de BMW i.
«No hay más túnel central que separa los asientos delanteros entre sí. Ahora hay espacio para el almacenamiento y el controlador», señala.
En el desarrollo de nuevos modelos los ingenieros y diseñadores discuten sobre cada centímetro del auto ya que de lo contrario se puede desperdiciar espacio o peso. Y justamente el peso es un factor fundamental, ya que afecta el tamaño.
Desde el punto de vista del diseño, los coches eléctricos se diferenciarán de los convencionales por la aerodinámica.
«La autonomía dependerá por un lado de las baterías y por el otro, de la resistencia al aire y el rodaje que tendrá que superar el vehículo», manifiesta Dukec. Si bien un bajo consumo también es deseable en motores de combustión interna, es todavía más determinante en los vehículos eléctricos. Y eso se reflejará en los coches.
También el interior se diferenciará de los coches actuales. Para que el nuevo concepto se distinga claramente del anterior se innovará casi completamente el diseño. Los clientes esperan que los autos modernos también tengan un concepto operativo moderno.
«El diseño apoya al cliente para que éste pueda programar el contenido como quiere», recalca el diseñador de BMW. La marca alemana mostró a principios de este año cómo se imagina ese futuro a través del estudio de BMW i Inside Future.
Asímismo los estudios de Mercedes Generation EQ, de Jaguar i-Pace, VW I.D. e I.D. Buzz muestran cómo se diferencian los autos del futuro de los actuales.
En el caso del I.D., Volkswagen quiere reemplazar al Golf, su exitoso modelo desde hace cuatro décadas, que a su vez sustituyó al «escarabajo». Sólo que en este caso no equipará motor a gasolina bajo el capó sino un silencioso propulsor eléctrico.
VW imagina sus autos del futuro sin voladizos, con grandes espacios interiores y un diseño de líneas claras. «Un ambiente de salón en el interior y un concepto de manejo intuitivo», señala el jefe de diseño de VW, Klaus Bischoff. Esto es importante porque debido a su nueva función el coche del futuro será más complejo que los vehículos actuales.
«Una tarea importante es la simplificación de múltiples contenidos, que sean fáciles e intuitivos en el manejo para que el pasajero pueda usarlos inmediatamente», dice Bischoff.
Según Tumminelli, la tendencia es ir hacia los coches eléctricos compactos, más pequeños y eficientes para las zonas urbanas.
Los expertos opinan que en 20 años los autos eléctricos se adaptarán ópticamente a las respectivas necesidades de los usuarios. Pero hasta que eso ocurra, los próximos vehículos eléctricos casi no se diferenciarán visualmente de aquellos con motores de combustión interna. Por el momento, la diferencia es más que nada auditiva.
Por Fabian Hoberg