Desde su fundación en 2007, Strider se ha convertido en sinónimo del término ‘bicicleta de equilibrio’ en América del Norte y Asia. La marca generó rápidamente muchos adeptos entre las comunidades de aficionados al BMX, motocross, ciclismo y eso ha contribuido a que la compañía haya vendido más de 2 millones de bicicletas alrededor del mundo.
Ryan McFarland, el fundador de Strider Bikes, sólo quería compartir su pasión por las bicicletas y las motocicletas con su hijo de 2 años Bode. Tras probar varios juguetes y vehículos tradicionales para aprender a montar en bici sin éxito, se dio cuenta de que estos eran demasiado grandes, pesaban mucho o su funcionamiento era complicado. Así, Ryan desmontó, cortó y lijó la pequeña bicicleta de 12” de Bode hasta que descubrió lo que se convertiría en la primera bicicleta Strider.
Era súper ligera y tenía el tamaño perfecto para su hijo. Con un centro de gravedad más bajo que ofrecía mayor estabilidad que los tradicionales triciclos o bicis con ruedines y permitía a su hijo desarrollar el control de la bici de forma más natural, avanzando a partir de sus propias zancadas (“strides” en inglés). Así, era ideal para iniciarlo el aprendizaje de montar en bici. Al no usar ruedines, se experimenta la sensación de inclinación y cómo el movimiento de la dirección afecta al equilibrio de la bicicleta y se puede desarrollar el equilibrio, la coordinación y la confianza.
La ingeniería y el diseño detrás de los productos de Strider distinguen a la compañía como referentes del sector. La aventura puede iniciarse a la pronta edad de 6 meses, con el Baby Bundle: una bicicleta con un balancín, donde el niño puede mecerse. Una vez empiece a caminar, la Strider 12 se desconecta de la base y funciona independiente. Una vez el niño haya ganado la confianza suficiente, la Strider 14x puede transformarse en una bicicleta de pedales.
Los productos innovadores de Strider y su espíritu lúdico y familiar han ayudado a crear una gran comunidad de fans a nivel global. Así, en 2011, la firma organizó la primera carrera Strider World Championship, en la que participaron de forma amistosa niños de 2 a 5 años de todo el mundo. Y la diversión no acabó ahí, pues actualmente se organizan carreras Strider Cup en todo el mundo, para principiantes o ‘pequeños ciclistas’ experimentados que lo dan todo en la pista.