Madrid, 23 ago (dpa) – La República Democrática de Alemania (RDA) buscó el apoyo del presidente del gobierno español Felipe González frente a las reformas puestas en marcha por Mijaíl Gorbachov en la URSS a finales de los 80, según un informe difundido hoy por el diario español «El País».
En el documento, elaborado por el Ministerio para la Seguridad del Estado de la RDA (Stasi), aparecen los objetivos del único viaje que hizo a España -en 1988- el entonces presidente de la RDA, Erich Honecker, uno de los principales opositores a los cambios iniciados en la URSS.
Precisamente, uno de los objetivos del líder comunista alemán era recabar el apoyo del Partido Socialista (PSOE) de González frente a estas reformas, según el informe.
Su estrategia era marcar el terreno en España antes del viaje que Gorbachov tenía previsto hacer a este país en 1989 y que finalmente realizó en 1990, pocas semanas antes de la reunificación alemana.
Otro de los puntos que interesaban a la RDA era la presidencia de turno de la Comunidad Europea, que España asumiría durante el primer semestre de 1989.
«La situación internacional ofrece a España buenas condiciones para alcanzar estas aspiraciones, y en concreto para elevar al más alto nivel el diálogo con la RDA», destaca la Stasi en el documento difundido por «El País».
Según el temido órgano alemán, algunos dirigentes del PSOE, como Alfonso Guerra (entonces vicepresidente del gobierno español), eran proclives a hacer de España un aliado de la RDA en la OTAN, aunque estos planes no pudieron materializarse ya que un año más tarde cayó el Muro de Berlín.
La Stasi señalaba también que el partido de Felipe González era partidario de colaborar en la mejora de las relaciones entre el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y el Partido Socialista Unificado de Alemania –el SED, la fuerza política gobernante en la RDA.
Esto se debía, según el informe, a «las ambiciones de Felipe González de ser en los próximos años el sucesor de Willy Brandt como presidente de la Internacional Socialista (IS)», puesto que finalmente ocupó el francés Pierre Mauroy.
En el documento, considerado de «alto secreto», se advierte que la visita de Estado de Honecker a España fue «motivo de oposición y disputas en el gobierno» de este país y también «en la cúpula del PSOE».