(dpa) – ¿A veces es incapaz de concentrarse? ¿Se descubre a menudo moretones porque no para de chocar con los muebles? ¿De vez en cuando hace el tonto? Entonces probablemente se trate del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Estos y otros diagnósticos generalizados se dan en exceso en redes sociales como Instagram o Tiktok. «Es un gran problema en este momento», señala el psicólogo mediático alemán Joachim Schmidt a dpa.
Si se busca la palabra clave «psicología» en Instagram, por ejemplo, enseguida aparecen decenas de perfiles. Si se amplía la búsqueda al mundo anglosajón, hay muchos más, algunos con cientos de miles de suscriptores.
La psicóloga Angelina Hahn observa una gran diversidad de contenidos terapéuticos. «Hay buenos terapeutas y médicos que ponen los temas de salud mental al alcance de las masas. Pero también hay personas que quizá apenas han empezado a estudiar», comenta la profesional.
Lo que suena a frases sin fundamento en Internet no tiene por qué ser siempre negativo. «Me parece estupendo que se hable más de las enfermedades mentales y que se sensibilice a los jóvenes en particular sobre estos temas», sostiene el experto en medios Schmidt, y Hahn tiene una opinión similar.
«Me parece muy bien que el tema se haga accesible a la gente de esta manera, un asunto que todavía podría ser un tabú para las generaciones mayores», señala. En su opinión, este tipo de ofertas también reducen el umbral de inhibición para buscar ayuda real. «Además, creo que da a la gente la sensación de que no está sola».
Schmidt agrega que Internet no solo habla del TDAH. «Depresión, narcisismo, ansiedad son diagnósticos que aparecen a menudo en este tipo de posts». En su opinión, esto se debe también a que esos cuadros clínicos son supuestamente más fáciles de reconocer a primera vista. «Además, mucha gente cree que sabe de enfermedades mentales».
Del mismo modo que no hay que estar solo con el sufrimiento, también hay que tener cuidado al analizarse a uno mismo, dice el psicólogo. «A menudo descubro que mis clientes obtienen información de las redes sociales y luego intentan aplicarla a sus propios sentimientos», explica Schmidt. «Sin embargo, los autodiagnósticos son entre dudosos y peligrosos, y a menudo inadecuados».
Schmidt aclara que, como ocurre con otras cuestiones médicas, diagnosticar una enfermedad mental requiere muchos conocimientos y herramientas y que tampoco hay remedios patentados, ya que las enfermedades mentales en particular pueden manifestarse de forma muy individualizada. «Muchos consejos no hacen justicia a la complejidad de un cuadro clínico».
La Asociación Profesional de Psicólogos Alemanes aconseja comprobar detenidamente los perfiles. «¿Quién proporciona la información, qué intereses puede haber de por medio, hasta qué punto es fiable y confidencial la fuente y hasta qué punto es completa la información?», enumera la presidenta de la entidad, Thordis Bethlehem, al tiempo que pide cautela, ya que las personas rara vez reconocen sus propios puntos fuertes, recursos y oportunidades en las crisis.
Bethlehem apunta que centrarse en el estrés, los problemas y los déficits les hace susceptibles al autodiagnóstico y advierte que la terapia vertida como de una regadera no hace realmente justicia a lo que la gente necesita.
Por Weronika Peneshko (dpa)