(Europa Press) – La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) ha lamentado este sábado las continuas violaciones del embargo de armas en Libia, después de los compromisos que se adoptaron en la conferencia internacional en Berlín sobre la situación en el país.
La misión ha afirmado que la tregua adoptada entre el gobierno de unidad de Libia y el Ejército Nacional Libio (ENL), que conllevó una reducción de las hostilidades en Trípoli, ha supuesto un «alivio» para los civiles en la capital, según han trasladado en un comunicado.
«La frágil tregua está siendo amenazada ahora por la transferencia continua de combatientes extranjeros, armas, munición y sistemas avanzados a las partes por los estados miembros, incluidos algunos de los que han participado en la conferencia de Berlín», ha informado la misión de la ONU.
En este sentido, han subrayado que en los últimos diez días se han podido ver varios vuelos en los que se trasladaba, tanto a la parte oeste como a la este del país, armas, coches blindados y combatientes. «La misión condena estas violaciones continuas, que corren el riesgo de hundir al país en una ronda de conflictos renovada e intensificada», ha alertado la UNSMIL.
CONFERENCIA DE BERLÍN
Las partes en conflicto en Libia pactaron en la conferencia de paz de Berlín un «plan integral» para la solución del contencioso que incluía un alto el fuego y una comisión militar de verificación integrada por ambos bandos para velar por su cumplimiento.
«Hemos acordado que habrá un plan de solución integral», explicó la canciller alemana, Angela Merkel, que añadió que la comisión de verificación estaría integrada por cinco representantes por cada parte.
«Lo más importante es que los representantes libios, en particular el general (Jalifa) Haftar y (Fayez) Serraj han pactado los próximos pasos a seguir, propuestos por el secretario general de la ONU y el señor (enviado especial de la ONU para Libia, Ghassan) Salame», indicó en referencia a la comisión militar.
Por su parte, la Unión Europea aseguró que iba a reforzar el papel de la ‘Operación Sophia’, la misión europea de seguridad en las costas libias, para garantizar que se respete el embargo de armas decretado por la ONU, tal y como decidieron los Veintiocho en una reunión del Consejo de Asuntos Exteriores en Bruselas.