(Europa Press) – Naciones Unidas ha condenado los dos atentados con bomba ejecutados el martes en el norte de Siria, que dejaron al menos siete muertos y más de 30 heridos, en el marco de un aumento de los combates entre los rebeldes apoyados por Turquía y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), cuyo principal integrante son las kurdas Unidades de Protección Popular (YPG).
El primer atentado fue ejecutado con coche bomba en la localidad de Al Bab y se saldó con cinco muertos y cerca de 20 heridos, según datos del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Posteriormente, dos personas murieron y 15 resultaron heridas por la explosión de una bomba en Afrin.
El coordinador residente de Naciones Unidas y coordinador humanitario para Siria, Imran Riza, y el coordinador humanitario regional para la crisis siria, Muhannad Hadi, han condenado firmemente los ataques y han destacado que «tras más de nueve años de crisis, los civiles vulnerables que viven en Siria han hecho frente a un sufrimiento inmenso».
«No deben seguirse viendo impactados por estos ataques terribles», han manifestado en un comunicado conjunto, en el que han reclamado a las partes en conflicto que respeten el Derecho Humanitario para garantizar la seguridad de los civiles y las instalaciones civiles.
Las localidades de Al Bab y Afrin se encuentran controladas por rebeldes apoyados por Turquía y militares turcos a raíz de una serie de ofensivas de Ankara contra las YPG en las zonas fronterizas con Siria.
Por el momento, ningún grupo ha reclamado la autoría de los ataques, si bien las YPG han ejecutado varios atentados contra rebeldes y militares turcos en la zona.
Los ataques fueron perpetrados un día después de la muerte de alrededor de una decena de rebeldes sirios en enfrentamientos con las FDS en el norte de Siria, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que detalló que los combates tuvieron lugar en la aldea de Mualaq, situada en el norte de la provincia de Raqqa.
Turquía ha llevado a cabo varias operaciones contra las YPG en el norte y el noreste del país debido a sus lazos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Las YPG son a su vez la columna vertebral de las FDS, aliadas de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y claves en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico en Siria.