Hamburgo, 9 ene (dpa) – La larga espera llega a su fin para la flamante Filarmónica del Elba, el espectacular complejo de salas de conciertos de Hamburgo que comenzará a llenarse de música a partir del miércoles con un festival con la participación de orquestas de renombre internacional.
El edificio de cristal erigido en forma de una gran ola sobre un antiguo almacén portuario se ha convertido en el nuevo símbolo de esta ciudad del norte de Alemania, que aspira a hacerse un nombre como meca de los amantes de la música y la arquitectura como lo hizo Sydney con su ópera o Bilbao con el museo Guggenheim.
«Es una sensación increíble», dijo el director de la oficina de turismo de la ciudad, Michael Otremba. «Vimos lo que ocurrió en Bilbao y las expectativas son altas».
El optimismo que irradian las autoridades de la ciudad de 1,7 millones de habitantes no siempre fue compartido por la población, que vio cómo un proyecto de un presupuesto inicial de 77 millones de euros (81 millones de dólares) demoraba casi diez años en ser concluido y acababa costando al contribuyente 789 millones de euros (831 millones de dólares).
La «Elphi», como ya la apodan cariñosamente los hamburgueses, fue durante muchos años más una pesadilla que un proyecto estrella. Una planificación insuficiente, unas autoridades desbordadas y desavenencias entre los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron y la constructora Hochtief hicieron peligrar la concreción del ambicioso proyecto, que debía ser inaugurado inicialmente en 2010.
El gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz rompió finalmente el nudo gordiano con un nuevo contrato con la constructora y el edificio fue entregado al municipio el 4 de noviembre para júbilo de los hamburgueses, que visitan desde entonces de a miles su plataforma con vistas panorámicas sobre el río Elba y la ciudad.
«La Filarmónica del Elba es mucho más impresionante y emocionante que lo que nos pudiéramos haber imaginado en estos diez años», admitió su director general, el austriaco Chirstoph Lieben-Seuttner, quien se contentó con ofrecer durante años un programa como inquilino del que hasta ahora era el principal auditorio de Hamburgo, el Laeiszhalle.
La arquitectura única del edificio en forma de cresta de ola quedará relegada a un segundo plano cuando comiencen a sonar los primeros acordes en las dos salas de concierto, que reposan como dos grandes burbujas sobre resortes de acero dentro del edificio para evitar que lleguen los ruidos del trajín del puerto.
La ceremonia y el concierto inaugurales tendrán lugar en el auditorio principal, un recinto de 2.100 butacas repartidas en terrazas como si fuera un viñedo en torno a la orquesta, similar a la de la Filarmónica de Berlín.
La sala está revestida por una capa de planchas de yeso de forma y peso irregulares diseñada por el experto japonés en acústica Yasuhisa Toyota, responsable también de la acústica del Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles y de la Filarmónica de París.
«Con la acústica pasa lo mismo que con el whisky. Ni siquiera los expertos pueden decir por qué a uno le gusta y al otro no», advirtió el técnico japonés. Sin embargo, los músicos de la orquesta residente ya dieron su visto bueno. «Quedamos todos con lágrimas en los ojos», relató el director del conjunto, Thomas Engelbrock, tras el primer ensayo.
Precisamente la orquesta residente, la filarmónica del Elba de la radiotelevisora pública NDR, será la encargada de interpretar el concierto inaugural, un viaje musical del Renacimiento a nuestros días con piezas de Beethoven, Wagner y Cavalieri, entre otros.
La ceremonia inaugural y el concierto contarán con la presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente germano, Joachim Gauck. También estará en la sala el español Florentino Pérez, presidente del club de fútbol Real Madrid y de la constructora ACS, accionista mayoritaria de la alemana Hochtief.
La apertura de la Filarmónica será celebrada con un festival de tres semanas que contará con actuaciones de la Chicago Symphony Orchestra, las Filarmónicas de Berlín y Viena, y la Orquesta de la Ópera Estatal de Berlín, a cargo del argentino-israelí Daniel Baremboim.
Todas las entradas para los conciertos del primer semestre se agotaron al poco tiempo de salir a la venta. En el programa figuran músicos de fama de América Latina y España como el venezolano Gustavo Dudamel, que tocará todas las sinfonías de Beethoven con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Caracas.
También destacan actuaciones del español Jordi Savall, el guitarrista flamenco Tomatito, el argentino Daniel Melingo con tango y el grupo de teatro catalán La Fura dels Baus.
Por María Laura Aráoz