(dpa) – La mochila no debe ser demasiado pesada, pero tampoco debe estar demasiado ajustada, porque puede producir dolores fácilmente evitables variando con regularidad la tensión de las correas, como explica la revista «Outdoor» en su número de enero de 2020.
Ya sea durante una excursión a un refugio de los Alpes o haciendo trekking por Sudamérica, las largas caminatas con una mochila pesada acaban lastimando de alguna manera los hombros y la espalda.
Los mochileros pueden minimizarlo variando regularmente la tensión de las correas, aunque solo sea un poco, ya que el dolor se produce debido a la presión de éstas y de los tirantes de la mochila sobre determinados puntos del cuerpo. Estas variaciones cambian la distribución de la carga y evita esos puntos de presión.
Si, por ejemplo, se aflojan los tirantes, se deben apretar las correas de control de carga que conectan el extremo superior de la mochila con ellos y viceversa. Al apretar los tirantes de los hombros, se libera algo de presión sobre las caderas. La tensión de la cinta que se ajusta en el pecho también puede cambiarse.
La manera de colocar ropa y otros elementos en el interior de la mochila también ayuda a sentirse cómodo durante las excursiones.
Los artículos más pesados, como el agua potable, la comida o el combustible para la cocina de gas, deben colocarse cerca de la espalda. Para estabilizarlos en el interior, se pueden emplear piezas de ropa, que son más ligeras.
Los utensilios más pequeños, como vasos, linternas y crema solar, deben colocarse en el compartimento de la tapa superior de la mochila.