Wiesbaden (Alemania), 2 abr (dpa) – La inflación siguió debilitándose en Alemania en marzo, con un aumento de un 2,2 por ciento de los precios al consumo frente al mismo mes del año pasado, según los datos preliminares publicados hoy por la Oficina Federal de Estadística.
Se trata de la cifra más baja desde abril de 2021, cuando fue del 2,0 por ciento. En febrero, la tasa de inflación anual se mantuvo en el 2,5 por ciento, y en enero, en el 2,9 por ciento.
La energía se abarató un 2,7 por ciento en marzo a pesar de que a principios de año expiraron los límites impuestos por el Gobierno al precio de la energía y de que el precio de las emisiones de CO2 aumentó a 45 euros (48,40 dólares) por tonelada.
Los consumidores pagaron por los alimentos un 0,7 por ciento menos que un año antes. Fue la primera vez desde febrero de 2015 que los precios de los alimentos se situaron por debajo del nivel del mismo mes del año anterior.
En cambio, los datos preliminares apuntan a que los servicios se encarecieron un 3,7 por ciento. Entre otras cosas, fue más caro consumir en bares y restaurantes. Desde el 1 de enero de 2024, el tipo normal del IVA del 19 por ciento vuelve a aplicarse a la comida en los restaurantes.
Según los datos de las oficinas de los estados federados, también subieron en comparación con el mismo mes del año pasado los precios de los viajes organizados y los vuelos, en vista de que la Semana Santa cayó este año en marzo.
En comparación con febrero, los precios al consumo subieron en general un 0,4 por ciento.
También el instituto económico Ifo indicó hoy que la inflación sigue «en retroceso y debería situarse por debajo de la marca del dos por ciento en el verano» alemán.
Esta apreciación se ve respaldada por los últimos datos recogidos por los investigadores económicos, según los cuales cada vez menos empresas tienen la intención de aumentar los precios de sus productos, indicó Timo Wollmershäuser, jefe de Investigación Económica del instituto muniqués.
Los principales institutos de investigación económica esperan de media para este año que la inflación se ralentice significativamente hasta el 2,3 por ciento, frente al 5,9 por ciento del año pasado.
No obstante, en una encuesta realizada a mediados de febrero, muchos ciudadanos expresaron su preocupación por las nuevas subidas de los precios de la energía y los aumentos de precios en general.
Según la encuesta de la oficina de crédito privada Schufa, la gran mayoría (83 %) de los cerca de 1.000 encuestados intenta, por tanto, frenar sus gastos. Según el sondeo, el 75 por ciento gasta conscientemente menos cuando hace la compra.
«Los resultados de la encuesta actual muestran que el estado de ánimo en muchos hogares alemanes sigue siendo muy tenso, y que esto también se refleja en el comportamiento de consumo cotidiano de la gente», explicó Ole Schröder, miembro de la junta directiva de Schufa.
Unas tasas de inflación más altas reducen el poder adquisitivo de los consumidores. Por ello, muchos consumidores recortaron gastos el año pasado y el consumo privado fracasó como pilar importante de la economía germana.